Stanislas de Bailliencourt (Sycomore- Generali Investments) | Los mercados de renta fija privada ofrecieron atractivos rendimientos en 2023 y 2024. Esto podría continuar este año… hasta que entremos en un periodo de tipos de interés más bajos.
En nuestra opinión, el entorno económico y las decisiones de política monetaria a ambos lados del Atlántico, junto con la solidez financiera de las empresas, han creado unas condiciones propicias para invertir en el mercado de crédito. ¿Pero cuánto durarán?
En medio de un crecimiento mediocre, la inflación se acerca poco a poco a los objetivos de los bancos centrales, lo que permite a estos últimos proseguir su ciclo de relajación. Se espera que el BCE se muestre más agresivo que la Fed, que tendrá que adoptar una actitud de «esperar y ver».
La relajación cuantitativa orquestada en Europa ha dado lugar a una serie de bajadas de tipos que dejaron a algunos inversores con ganas de más. Bajados del 4% en diciembre al 3% en junio, los tipos de interés deberían acercarse al 2% a mediados de 2025. En este entorno, los rendimientos de las inversiones en el mercado monetario están bajando, lo que refuerza el atractivo de las estrategias de «carry» para los inversores.
Mientras tanto, las tasas de morosidad se han mantenido históricamente bajas, en torno al 2%. En nuestra opinión, un aumento potencial y muy gradual de esta tasa de impago se vería compensado por el bajo apalancamiento de los emisores de bonos.
A pesar de las tensiones geopolíticas y de la atonía de la economía en Europa, no vemos indicios que sugieran que el riesgo de crédito vaya a deteriorarse significativamente a corto plazo. No obstante, el regreso de Donald Trump al poder podría generar más volatilidad en los mercados en 2025.
«El efectivo es el rey», pero no por mucho más tiempo
Impulsada por la relajación de los tipos a corto plazo -positiva para los inversores en renta fija- y la recuperación de la prima por plazo, es probable que persista la reasignación de instrumentos de efectivo mantenidos en vehículos del mercado monetario hacia el mercado de crédito.
Tras dos años bastante tranquilos en el frente de las emisiones en 2022 y 2023, el volumen de bonos corporativos emitidos en euros ha disminuido, creando escasez en el mercado. Además, debido a los abismales déficits públicos, los perfiles de crédito corporativo se han vuelto más atractivos que la deuda soberana, en valor relativo.
La selección de bonos de calidad es imperativa
Creemos que la atonía del crecimiento exige una selección minuciosa de bonos, con especial atención a los balances saneados y a la rentabilidad. En nuestra opinión, el segmento «crossover», que incluye bonos con calificaciones de BBB a BB, presenta una atractiva combinación de riesgo y rentabilidad.
El mercado primario se está mostrando especialmente activo, ofreciendo una amplia gama de oportunidades de inversión y primas atractivas, así como una creciente alineación con los objetivos ASG. En las últimas semanas, Asmodee, el editor de juegos de mesa ha despertado nuestro interés. En el sector del automóvil, actualmente bajo presión, preferimos invertir en empresas sólidas como Renault.
Creemos que el atractivo carry y el ciclo de relajación monetaria son los dos factores que impulsan el rendimiento de los bonos corporativos en la actualidad. Los inversores deben tener presente que la ventana de oportunidad para captar rendimientos atractivos en este mercado puede seguir abierta a principios de 2025, pero quizá no durante mucho más tiempo.