¿Pueden las recientes medidas políticas salvar el objetivo de crecimiento de China?

DWS | En un audaz movimiento para contrarrestar la desaceleración económica y rejuvenecer la confianza de los mercados, el banco central de China, en un esfuerzo coordinado, desveló recientemente una sólida serie de medidas de estímulo.  La siguiente reunión crucial del Politburó sorprendió con un firme compromiso con los objetivos de crecimiento económico y, por primera vez, pretende frenar el declive y alcanzar la estabilización del mercado inmobiliario. Estos objetivos abarcan importantes intervenciones monetarias y fiscales para alcanzar la meta del deseado 5% de crecimiento del PIB. Estos anuncios han provocado el mayor repunte del índice CSI300, que se encuentra ahora casi un 30% por encima de su mínimo de febrero. Muchos inversores, temerosos de perderse el inminente repunte antes de una semana de vacaciones, elevaron el índice CSI300 un 8,5% al cierre, con lo que su ganancia en cinco días superó el 25%, la mayor registrada. 

Entre las medidas clave que ayudaron a los mercados a ganar tal ritmo se encuentra el recorte de 50 puntos básicos del coeficiente de reservas obligatorias para los bancos aplicado por el Banco Popular de China (PBoC). Esto reduce la porción de pasivos reservables que los bancos comerciales están obligados a mantener en lugar de prestar o invertir. Este recorte va acompañado de una reducción de 20 puntos básicos en el tipo de interés de las operaciones dobles a 7 días, hasta el 1,5%, con el fin de aumentar la liquidez e impulsar la demanda para combatir las tendencias deflacionistas y estimular el crecimiento económico.

Aunque ya hemos visto medidas similares, lo que no tiene precedentes en este intento de aumentar la liquidez es la recién introducida facilidad de capital del banco central, que permite a las entidades no bancarias utilizar participaciones de capital de alta calidad como garantía para préstamos del banco central, con un cupo inicial de 500.000 millones de renminbi (RMB). Además, las empresas que cotizan en bolsa pueden solicitar préstamos de refinanciación para la recompra de acciones, con un cupo preliminar de 300.000 millones de RMB. Su principal objetivo es reforzar la confianza del mercado, estimular las inversiones y aliviar las restricciones de liquidez a las que se enfrentan las empresas. 

El sector inmobiliario también ha protagonizado importantes intervenciones, con una reducción de 50 puntos básicos en los tipos hipotecarios para los préstamos existentes, que se espera reduzca los gastos por intereses de los hogares en 150.000 millones de RMB anuales. Así, la medida no sólo podría ayudar al mercado inmobiliario, sino también aumentar el alcance de la capacidad de consumo de los hogares, ya que la disminución de los gastos por intereses se traduciría en un 2,5% más de renta disponible anual para los hogares que reúnan los requisitos. Se anunció una mayor relajación de los impedimentos a la compra de vivienda. Aunque se han levantado las restricciones a la compra de vivienda en algunas ciudades de nivel 2, la diferencia esta vez radica en las medidas de flexibilización en algunas ciudades de nivel 1. Durante el fin de semana, tres ciudades de nivel 1 anunciaron nuevas medidas de flexibilización: Guangzhou se convirtió en la primera ciudad de nivel 1 en eliminar totalmente las restricciones a la compra de vivienda, mientras que en Shanghái y Shenzhen la relajación fue parcial. El mensaje «potente» en el segmento inmobiliario fue el llamamiento del Politburó a «dejar de caer y estabilizarse» y no a «dejar de caer y subir», lo que ha creado margen para la imaginación de los inversores.

En el frente fiscal, se espera que el paquete de estímulos introduzca ayudas específicas para aliviar las presiones financieras sobre los hogares y estimular el gasto de los consumidores. Hasta ahora se desconocen el alcance y los detalles del estímulo fiscal previsto. Lo más probable es que se destinen al menos 1.000-2.000 millones de RMB a ampliar el programa de intercambio de bienes de consumo («viejo por nuevo»), aumentar el gasto social y reestructurar la deuda de los gobiernos locales. El tamaño y los detalles específicos del paquete fiscal no se han confirmado oficialmente, y se prevé que se revelen más detalles a finales de octubre, ya que la financiación propuesta con bonos especiales ultralargos del Gobierno central necesita cambios presupuestarios. Es probable que el impulso al consumo tenga como objetivo apoyar la renta disponible mediante la reducción del gasto de los hogares en atención a la tercera edad, jubilación, sanidad, educación y vivienda asequible. La lucha contra el desempleo también es prioritaria y cabe esperar que se adopten las medidas correspondientes. Podría haber pagos directos adicionales a los consumidores para conseguir un estímulo a corto plazo. En conjunto, el tamaño absoluto del programa fiscal podría ser mucho mayor. Además, podrían anunciarse nuevos proyectos de infraestructuras, si se siente la urgencia de conseguir un impulso en el cuarto trimestre.