Sell in May and go away? El MSCI Europe ha registrado una rentabilidad ligeramente positiva en mayo desde 1970

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Hans-Jörg Naumer (Allianz GI) | Casi todos los años los inversores me preguntan a finales de abril o principios de mayo si es mejor reducir su asignación a la renta variable. E invariablemente citan el conocido refrán «vende en mayo y vete”. De entrada, su razonamiento es bastante comprensible, ya que mayo no ha sido un mes fácil en el pasado para los mercados. Basta con echar un vistazo al DAX. Entre 1965 y finales de 2023, de media las rentabilidades en mayo fueron negativas.

Sin embargo, como gran seguidor del filósofo Karl Popper, soy algo reticente a la hora de asumir que algo es inevitable. En su libro «La miseria del historicismo», publicado por primera vez en 1944 (y que aún sigue siendo un título muy leído), Popper demostró que todos aquellos que creían que podían prever acontecimientos inevitables estaban equivocados. De hecho, si observamos el índice MSCI Europe, el escenario es diferente. De media, dicho índice ha registrado una rentabilidad ligeramente positiva en mayo desde 1970. De igual modo, la rentabilidad media del MSCI World también ha sido claramente positiva entre 1970 y finales de 2023 (véase nuestro gráfico).

Así pues, en mayo, como en el resto de los meses del año, los inversores no deberían dejarse llevar ciegamente por los viejos refranes, sino que deberían tener en cuenta los siguientes factores:

• Crecimiento: El cambio de ciclo es cada vez más evidente en todo el mundo. En pocas palabras, la economía mundial se está recuperando, pero a diferentes ritmos según la región. En el caso de EE.UU. se está perfilando un escenario de «no aterrizaje», que poco a poco va ganando terreno al escenario de «aterrizaje suave» que se preveía anteriormente.

• Si este escenario de «no aterrizaje» se materializa, la solidez del crecimiento estadounidense repercutirá en los precios y, a su vez, en el rumbo de la política monetaria de la Reserva Federal (Fed). De hecho, desde hace algún tiempo, los responsables de la Fed se han vuelto más cautos a la hora de abordar la flexibilización monetaria en cualquiera de sus mensajes.

  • Si el «aterrizaje suave» pasa a ser un escenario de «no aterrizaje», el crecimiento y los beneficios empresariales podrían beneficiarse en un primer momento, pero los efectos en la política monetaria podrían provocar una revalorización del mercado de renta variable. Sin embargo, esto no es algo automático. Después de todo, las acciones han tenido que adaptarse a los retrasos de las bajadas de tipos durante varios trimestres consecutivos. Y les ha ido bien.
  • Geopolítica: Aunque el crecimiento global debería respaldar los beneficios empresariales y las valoraciones de las acciones, los aspectos geopolíticos siguen siendo muy impredecibles. De hecho, debemos estar preparados para sorpresas y no todas positivas.Pese a esto, un «aterrizaje suave» sigue siendo el escenario más probable, por lo que la amenaza de una recesión se ha disipado de forma evidente. En realidad, lo que estamos experimentando se asemeja mucho a un escenario de «Ricitos de Oro«, en el que la economía avanza a un ritmo que respalda los beneficios de las empresas, pero sin ir a toda máquina, por lo que no hay riesgo de recalentamiento ni de subidas excesivas de los precios.Por tanto, teniendo en cuenta las incertidumbres actuales sobre la evolución de los mercados en el futuro, la siguiente asignación estratégica en renta variable, renta fija y en divisas podría ser una buena opción:
  • Un escenario de “Ricitos de Oro” debería seguir apoyando a la renta variable. Vender en mayo, sólo porque es ese mes del año, parece una decisión cortoplacista.
  • Sin embargo, existen ciertos retos para las acciones si se reajusta la dirección de la política monetaria (escenario de «no aterrizaje») o si los datos económicos son más débiles y sugieren un cambio hacia la recesión, aunque tal escenario no parece muy probable.
  • Las valoraciones en el sector tecnológico estadounidense o en el índice Nasdaq no están excesivamente elevadas, según la ratio precio/beneficio (PER) de Shiller, que se basa en los beneficios empresariales ajustados al ciclo. Sin embargo, algunos valores, en particular las «Siete Magníficas», que poco a poco se están convirtiendo en las «Cuatro Fabulosas», se valoran a múltiplos mucho más altos que el sector tecnológico en su conjunto.
  • Los rendimientos de la deuda pública estadounidense y de la zona euro parecen atractivos, siempre que se lleven a cabo los recortes de tipos previstos.
  • Sin embargo, no se puede descartar un nuevo aumento temporal de los rendimientos: el Banco de Japón está empezando a normalizar su política monetaria y acaba de abandonar una larguísima era de tipos

negativos. Además, los precios de la energía podrían volver a subir debido a la guerra en la franja de Gaza y provocar un aumento de las presiones inflacionistas.

Sólo una cosa más: este refrán (que no es tan ingenioso después de todo) continúa diciendo «Vende en mayo y vete… pero, recuerda: vuelve en septiembre». Así pues, si realmente quiere basar sus decisiones de inversión en dichos populares, no debería volver al mercado antes de finales de septiembre, ya que, de media, septiembre ha sido un mal mes para la renta variable en el pasado. Y eso se aplica no sólo al DAX, sino también al MSCI Europe y al MSCI World, al menos según nuestros análisis. La rentabilidad durante los meses entre ambos también ha sido negativa a veces, pero no siempre.

Lo que realmente hay que tener en cuenta: los movimientos de los mercados son tan complejos que no es posible reflejarlos con simples reglas empíricas. Al fin y al cabo, no hay nada mejor que la gestión activa, y por algo las soluciones de inversión orientadas a los multiactivos están en auge. Pero como siempre, » las rentabilidades pasadas no garantizan rentabilidades futuras».

Y volviendo a Popper de nuevo: si analizamos no sólo la media de las rentabilidades mensuales, sino la tendencia general de la distribución, observamos que las rentabilidades de los índices mencionados anteriormente están muy disgregadas en torno a la media de todos los meses, incluidos mayo y septiembre.