Intermoney | Los bancos centrales mostraban ayer pesar por las tensiones arancelarias, aunque desde el BCE los mensajes no eran tan amargos. Peter Kazimir, miembro del Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo, afirmaba que los aranceles estadounidenses ya están, en gran medida, contemplados en las previsiones, entre los peores escenarios para los que el banco debe preparase. Otro miembro de peso, como Joachim Nagel, explicaba que los aranceles pondrán a prueba los logros del BCE en materia de política monetaria y exigirán una reevaluación de la situación.
Por el momento, hay cierta división en la entidad y así lo hacían constar las actas del BCE, las cuales conocíamos ayer. Algunos miembros sopesan si volver a reducir los tipos, tras seis recortes continuados desde junio, mientras que otros abogan por la opción de la pausa. El mercado, en base a la curva OIS, apuesta por una probabilidad del 70% de un recorte de 25 p.b. en abril. En la práctica, el BCE tiene hecho ya el trabajo y recortar los tipos en un cuarto de punto supondría situarlos en lo que podría ser la tasa natural. Como hemos dicho, los mensajes de nuestro banco eran más apaciguadores. Yannis Stournaras estimaba que el crecimiento de la Eurozona sufrirá un impacto de entre 0,3 y 0,4 p.p. Sin embargo, no le preocupaba el impacto en los precios. “Se espera que la tendencia a la baja de la inflación continúe. Los acontecimientos recientes no constituyen un obstáculo para un nuevo recorte de tipos en abril”.
Por el contrario, los mensajes desde la Fed era algo más oscuros, aunque por el momento no había palabras sobre los siguientes pasos a dar por parte de la entidad. La gobernadora de la Reserva Federal, Lisa Cook, afirmaba que prevé un crecimiento económico más lento este año y que el progreso en la reducción de la inflación se ha estancado debido a los aranceles y otros cambios de política, pero que las autoridades deberían mantener estables las tasas de interés por ahora. Por su parte, el vice-presidente de la Fed, Philip Jefferson, argumentaba que aún existe una incertidumbre sustancial en torno al comercio; afirmando también que la incertidumbre puede afectar las decisiones de gasto e inversión; afirma que será importante tomarnos nuestro tiempo y reflexionar sobre el impacto.