La EBA y la OECD apuntan a una posible ralentización económica de -1,4pp en la Eurozona

Europa dibujo Medina

Santander Corporate & Investment | La EBA y de la OECD apuntan a una posible ralentización económica de -1,4pp en la Eurozona y a una reducción de la demanda del préstamo bancario.

El viernes la EBA publicó su informe trimestral Risk Dashboard, en el que apunta que los riesgos directos derivados de la invasión rusa de Ucrania no son una amenaza fundamental para la estabilidad del sistema bancario europeo, pero los efectos de segunda ronda (indirectos) pueden ser más importantes. Las exposiciones directas de los bancos europeos a Rusia, Ucrania y Bielorrusia se concentran en unos pocos países y en un número limitado de bancos, principalmente a través de sus filiales en estos países, con los bancos austriacos, franceses e italianos reportando la mayor exposición a Rusia, mientras que los austriacos, franceses y húngaros son los que han publicado una mayor exposición a Ucrania. Sin embargo, la EBA advierte que la guerra podría tener consecuencias más significativas a largo plazo para los bancos europeos, que podrían verse afectados por un menor crecimiento económico y una reducción de la demanda de préstamos. La volatilidad del mercado, el impacto de la guerra en las cadenas de suministro y el riesgo de ciberataques también son factores preocupantes para la banca europea.

Por su parte, la OECD ya señaló hace unos días que, aunque la magnitud del impacto económico del conflicto es muy incierta y dependerá en parte de la duración de la guerra y de las respuestas políticas, es evidente que la guerra dará lugar a un considerable lastre a corto plazo para el crecimiento mundial y a presiones inflacionistas significativamente más fuertes, con un crecimiento global que podría reducirse en más de 1pp (-1,4pp en la Eurozona), y con un aumento de la inflación global de cerca de 2,5pp en el primer año completo después del inicio del conflicto (+2pp en la Eurozona). Estas estimaciones se basan en la hipótesis de que las perturbaciones del mercado financiero y de materias primas observadas en las primeras semanas del conflicto persisten durante al menos un año, e incluyen una profunda recesión en Rusia, con una caída de la producción superior al 10% y un aumento de la inflación cercano a los 15pp.