BancaMarch | Primero la presidenta mexicana Claudia Sheinbaum y, posteriormente Justin Trudeau, negociaron a través de conversaciones telefónicas con Trump el retraso de las tarifas a cambio de tomar medidas más estrictas para combatir la inmigración y el tráfico de drogas trasfronterizo. Las medidas planeadas consistían en la imposición de aranceles del 25% a las importaciones procedentes de México y Canadá, con excepción de los productos energéticos canadienses, a los que se les aplicaría un 10%. Las órdenes ejecutivas de la Casa Blanca no contemplan la suspensión de las restricciones, sino un retraso hasta el 4 de marzo.
México se ha comprometido a enviar 10.000 miembros de la Guardia Nacional a la frontera con EE.UU. Por su parte, Canadá comenzó mostrando una actitud más beligerante ante la promesa de tomar represalias del 25% sobre las exportaciones estadounidenses cuyo valor ascendía a 30.000 millones de dólares canadienses, además de otros 125.000 millones de dólares en un lapso de 21 días. Pocas horas antes de que tomaran efecto los aranceles, Trump y Trudeau llegaron a un acuerdo, que incluye concesiones por parte de Canadá: la designación de un “zar del fentanilo”, incluir a los cárteles en la lista de terroristas y la unión con EE.UU. para luchar contra el crimen organizado, el narcotráfico y el blanqueo de capitales. Las negociaciones continuarán a lo largo de este mes, lideradas por el secretario de Gobierno Marco Rubio, el secretario del Tesoro Scott Bessent y el secretario de Comercio Howard Lutnick.