«El BCE reducirá los tipos de interés a partir del verano, sin generar laxitud extrema, porque al tiempo templará con la reducción de la cartera del PEPP»

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Intermoney | El BCE dejó inalterados los tipos de interés por tercera vez, como se esperaba ampliamente y, más importante, también se mantuvo fiel al lenguaje anterior sobre hacia dónde se dirigen los tipos de interés, enfatizando principalmente la dependencia de los datos. El BCE buscaba una reunión con cierta monotonía y en la que se pudiese desprender un ligero tono “dovish” conscientes de que las condiciones financieras habían moderado, lo que suponía un riesgo claro para el recorrido deflacionistas de la UEM.

En Davos, el BCE hizo ya un ejercicio previo para tratar de frenar la euforia del mercado y allanar el encuentro del jueves cuando dejó la puerta abierta a una reducción de tipos en verano. Por eso, en la reunión del jueves nuestro banco central marcaba los tiempos echando mano de un mensaje bastante reiterado en varios encuentros: “Las decisiones se basarán en la evaluación de las perspectivas de inflación a la luz de los datos económicos y financieros entrantes y la dinámica de la inflaciónsubyacente”. Es decir, la datología seguirá siendo la clave.

Por el momento, la evolución de la inflación está siendo acorde con lo que cabría esperar. El último repunte del IPC en diciembre, que ascendía a un 2,9% no generaba ningún tipo de situación incómoda ya que estaba ocasionado por efectos de base en los precios de la energía. En líneas generales y salvo cuestiones temporales en las que los precios de algunas subpartidas como los bienes pueden experimentar un incremento puntual, la tendencia de la inflación es a la baja, lo que los aumentos pasados de los tipos de interés siguen transmitiéndose con cierta fuerza.

Por eso, el BCE se está mostrando moderadamente positivo con la presión de los precios y lo hacía saber en el encuentro. Atrás quedaban los comentarios acerca de que las presiones sobre los precios internos siguen siendo elevadas, si bien la entidad no canta victoria. Según nuestra presidenta, los precios internos siguen siendo elevados y hay que vigilar determinadas cuestiones como los salarios. En la rueda de prensa posterior, la presidenta, Christine Lagarde, mencionaba los beneficios empresariales como un aspecto a tener en cuenta, aunque reconocía que actualmente están absorbiendo algunos de los aumentos salariales, lo que está amortiguando el impacto inflacionista del aumento salarial. De hecho, había un apunte explícito a que los salarios más altos sean absorbidos por los beneficios empresariales.

Lagarde señala la “estabilización” en el rastreador de salarios del BCE, una medida destinada a generar datos salariales con mayor frecuencia, aunque “a alto nivel”. No obstante, los salarios son un indicador atrasado, siendo normal que el BCE esté esperando obtener más datos ya que utilizando su rastreador, los salarios del 40% de los trabajadores de la UEM aun está por determinar. La francesa también hacía mención a otros indicadores sinónimo de enfriamiento como la disminución de las vacantes. Realmente, el mercado laboral es sólido, lo que juega a favor de la confianza en los ciudadanos y supone un riesgo al alza para el consumo.

Ante esto, entendemos que el BCE considere prematuro tomar cualquier tipo de acción por el momento y apueste por la cautela. Como Lagarde decía en palabras textuales: “El consenso fue que es prematuro discutir recortes de tipos”. En todo caso, esto no quiere decir que abril sea un mes descartado. Lagarde dejaba la puerta abierta a un recorte en abril, ya que destacaba la importancia de las proyecciones actualizadas disponibles en marzo y, por supuesto, los datos que se publicarán para entonces.

Como venimos diciendo, el mercado se quedaba con lo que le interesa como bien se podía ver en las probabilidades de recortes de tipos en abril que pasaban del 48,6% el día previo al encuentro, a los 68,6% de probabilidad que teníamos el día posterior. En la deuda soberana veíamos compras claras en los tramos cortos. En Alemania, el rendimiento del Bobl caía en -9,7 p.b (2,605%) y en el caso del papel italiano a 2 años veíamos un recorte de tipos superior a los 10 p.b. (3,096%). A pesar de lo que descuente el mercado, pensamos que el BCE apostará por actitudes comedidas y no entrar no cometer un error de precipitación. Desde IM pensamos que habrá un ejercicio complementario en el que nuestro banco central buscará nivelar la balanza; es decir: por un lado reducirá los tipos de interés a partir del verano, pero al mismo tiempo no generará una laxitud extrema en las condiciones financieras, pues al mismo tiempo templará con la reducción de la cartera del PEPP a partir del segundo semestre.