Intermoney | Pasado el turno de la Fed, tocaba el de otros bancos centrales durante el jueves y la madrugada del viernes, hablamos del Banco de Inglaterra y el encuentro del Banco de Japón. Empezando por los británicos, poca sorpresa había con su decisión, manteniendo sin cambios la referencia en el 4,0% con la votación saldándose con un 7-2, siendo Swati Dhingra y Alan Taylor los que pidieron un recorte de 25 p.b. Es algo que también podíamos prever, sobre todo después de un último recorte muy, pero muy disputado. Tras ese encuentro, Bailey y el banco han ofrecido una postura bastante cautelosa que mantuvieron ayer, como consecuencia de una inflación más elevada. Y es que el informe de precios del día anterior (IPC +3,8% a.) nos aseguraba cuál iba a ser el sesgo del encuentro.
La guía prospectiva del banco no cambió frente al encuentro de agosto, señalando que “un enfoque gradual y cuidadoso para seguir retirando el estímulo monetario sigue siendo apropiado”. No obstante, desde entonces el banco es cada vez más reticente a recortar más las tasas, y el ritmo de recortes trimestrales que habían mantenido hasta ahora ya no se puede dar por sentado. Los datos del mercado laboral y salarios no se han deteriorado significativamente, y la inflación, así como las expectativas, sí ha repuntado como consecuencia de los mayores precios de los alimentos y de un IPC de servicios aún muy rocoso. En este frente, se mencionaba que “los riesgos al alza en torno a las presiones inflacionarias de mediano plazo siguen siendo destacados”.
Nosotros creemos que aquí puede estar el quid de la cuestión. La decisión de volver a actuar en noviembre ahora mismo está en el limbo, con el mercado descontando sólo un 30% de probabilidades de un último recorte antes de acabar 2025. En el corto plazo es más posible que sea la inflación la que decante la balanza, más que un mercado laboral que da pocas sorpresas. Ayer vimos que la medida del BoE para los servicios subyacentes se mantiene en niveles cercanos al 4% (4,7% el IPC de servicios en general) mientras que los precios de los alimentos han superado el 5%. Además, las expectativas de inflación de los hogares están aumentando ya que normalmente la subida en el precio de alimentos ha sido lo que más ha tendido a influir en éstas. Sólo un descenso más intenso de lo esperado en la siguiente lectura podría hacer que la opción de actuar de nuevo vuelva a ser el escenario más probable.
Aunque los precios son la principal preocupación, hay otras cuestiones que conviene tener en mente. Como decimos, el mercado laboral se ralentiza con cuentagotas, incluso con la subida de impuestos y del salario mínimo siendo consistentes con un enfriamiento gradual. Eso ayuda a entender que el banco elevase su estimación de crecimiento del PIB del 3tr25 al 0,4% desde el 0,3%. Lo que no influirá sobre el MPC será el nuevo Presupuesto de Otoño, que se conocerá un día antes del encuentro y los funcionarios querrán evaluar el impacto de las medidas.
Más allá de la política de tipos, el BoE sí modificó su programa de endurecimiento cuantitativo. Se acordó reducir el balance en 70 mm. £ entre octubre de 2025 y septiembre de 2026. Es un ritmo de reducción más gradual que en los últimos años pero que estaba en línea con el consenso de los inversores. Con 49 mm. £ en vencimientos, eso equivale a 21 mm. £ de ventas activas. Aunque aquí vimos algo más de discrepancias puesto que Pill favorecía una reducción de 100 mm. £ y Mann una más suave en torno a los 60 mm. La particularidad de este cambio es que se va a sesgar las ventas lejos de los bonos de los tramos más largos en lugar de vender de forma proporcional como se venía haciendo. Ahora, un 20% de las ventas previstas serán bonos con vencimiento superior a 20 años buscando aliviar la presión que se ha venido produciendo recientemente en el extremo largo de la curva.