Esta semana el BCE presentará “su plan de choque” ante el nuevo escenario europeo y mundial, escenario de alta inflación, que podría derivar en estanflación

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J.J. Fdez- Figares (Link Securities) | Mientras que la guerra de Ucrania se enquista cada vez más, sin aparente solución, al menos en el corto plazo, en la semana que hoy comienza los inversores continuarán intentando evaluar el impacto que la misma tendrá tanto en la inflación como en el crecimiento económico y en los resultados de las empresas. La reunión del Consejo de Gobierno del BCE, que se celebrará el próximo jueves, será seguida muy de cerca por los inversores ya que se espera que el banco central de la Eurozona presente “su plan de choque” ante el nuevo escenario al que se enfrenta la economía europea y mundial, escenario de alta inflación, mucho más permanente de lo esperado en un principio, y de crecimiento económico a la baja, escenario que, con el tiempo, podría derivar en la tan temida estanflación. Por tanto, la papeleta la que afronta el BCE en la mencionada reunión se nos antoja muy complicada, ya que además deberá presentar su nuevo cuadro macro para la región, nuevas estimaciones en las que sin duda revisará al alza sus expectativas de inflación y a la baja las de crecimiento, al igual que intenta mostrar a los mercados que “no ha perdido el control” de la situación y que todavía tiene margen de maniobra para impedir que la recuperación económica se venga abajo. 

En ese sentido, señalar que el crecimiento económico de las principales economías desarrolladas se puede ver “fagocitado” por una alta inflación, que se muestra cada vez más amenazante y que, ya no sólo afecta a la energía, con todo lo que ello conllevaba, sino que, tras el estallido del conflicto ucraniano, también afecta directamente a muchas otras materias primas, entre ellas a algunas alimenticias fundamentales –tanto Rusia como Ucrania son grandes exportadores de cereales y de aceite de girasol, entre otros alimentos-. No obstante, quizás lo más preocupante en el corto plazo sea el nuevo impulso alcista que han experimentado en los últimos días los precios del gas y del petróleo y, con ellos, los de la electricidad, algo que va a retraer el consumo de los ciudadanos y a mellar los márgenes de las empresas, especialmente de las industriales. Además, anuncios como el realizado este fin de semana por el secretario de Estado de EEUU, Blinken, en el sentido de que estaba negociando con sus aliados prohibir las importaciones de petróleo ruso, medida que adoptarían sin tener alternativas al mismo, complican aún más el escenario inflacionista, ya que han provocado que el precio del crudo se dispare hasta alcanzar por momentos los $130 el barril esta madrugada en los mercados asiáticos. 

Da la sensación en muchos momentos que Occidente no tenía diseñado un plan para afrontar el actual escenario bélico en Ucrania y que sus gobiernos están adoptando medidas que, en muchos casos, son auténticos “tiros en el pie” para sus economías y sus ciudadanos. Así, uno de los mayores temores de los inversores en estos momentos es poder evaluar cuál es el verdadero impacto que en las empresas, especialmente las europeas, van a tener las sanciones impuestas y las decisiones de muchas de ellas de abandonar el mercado ruso -ver el caso de Inditex (ITX); Rusia supone un 8,5% del EBIT del Grupo– tanto a nivel resultados como a nivel balance, ya que muchas inversiones han pasado a no valer nada, al menos en el actual escenario. Por tanto, en las próximas semanas asistiremos a continuas revisiones a la baja de estimaciones de resultados, tanto por parte de las propias empresas como de los analistas, y a ajustes dolorosos en los balances de muchas cotizadas. El objetivo de inversores y analistas actualmente pasa por poder identificar las empresas menos expuestas directa e indirectamente a Rusia, algo complejo al ser éste un mercado importante, que no fundamental, para la mayoría de ellas. 

En gran medida eso es lo que ha llevado a los inversores a reducir a marchas forzadas sus posiciones en renta variable la semana pasada, lo que ha provocado fuertes descensos de los índices bursátiles occidentales, especialmente en los europeos, al estar sus empresas mucho más expuestas a Rusia que las estadounidenses. De hecho, al cierre de la sesión del pasado viernes el FTSE Mib italiano entró en mercado bajista, al haber cedido más del 20% desde su último máximo, siendo muy factible que hoy lo hagan la gran mayoría de los principales índices bursátiles de la Eurozona, con el Euro Stoxx a la cabeza -el viernes cerró un 18,9% por debajo de sus recientes máximos-. 

Hoy esperamos que cuando abran las principales bolsas europeas los inversores continúen cerrando sus posiciones de riesgo, lo que llevará a los principales índices a comenzar el día con nuevos descensos, con el dólar, el franco suizo, los bonos, el oro y el petróleo como los principales beneficiados. El fuerte incremento de los precios de la energía seguirá siendo un lastre para los mercados por el impacto directo que tienen en el escenario macro de la región. Es por ello que cualquier noticia sobre la potencial interrupción de los suministros de gas y petróleo rusos podría provocar que los descensos vayan a más en estas bolsas.