Los inversores se han visto obligados a modificar sus expectativas de tipos y, por tanto, las valoraciones de muchos activos y sus estrategias de inversión

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Juan J. Fdez-Figares (Link Securities) | El mensaje que lanzó el miércoles la Reserva Federal (Fed), de que las tasas de interés oficiales se mantendrán “más altas y durante más tiempo” lastró ayer el comportamiento de los mercados de bonos y de acciones europeos y estadounidenses, que cerraron todos ellos con fuertes descensos. Hasta el momento el factor que más había influido en al positivo comportamiento de las bolsas en lo que va de ejercicio había sido las expectativas de muchos inversores de que, una vez finalizado el proceso de alzas de tipos de interés, los bancos centrales comenzarían a “dar marcha atrás” rápidamente para evitar que las principales economías desarrolladas entraran en una profunda recesión.

En principio, y como ayer mostraron dos importantes bancos centrales como el Banco de Inglaterra (BoE) o el Banco Central de Suiza, que, al igual que hizo la Fed el miércoles, mantuvieron sin cambios sus tasas oficiales en sus respectivas reuniones de sus comités de política monetaria, el proceso de alzas de tipos parece estar a punto de acabar. Sin embargo, y este hecho ha pillado a muchos inversores por sorpresa, la economía de Estados Unidos se ha mostrado mucho más resistente a las alzas de tipos a y la elevada inflación de lo esperado -no ha ocurrido igual con las economías europeas, que se están desacelerando a marchas forzadas-. De hecho, la Fed, en sus nuevas proyecciones dadas a conocer tras la finalización de su Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) revisó al alza el crecimiento del PIB de Estados Unidos para 2023 hasta el 2,1%, casi el doble de lo que esperaba en junio. Esta mayor fortaleza económica, corroborada por un mercado laboral que continúa tensionado -ayer se publicaron las nuevas peticiones de subsidios de desempleo semanales en Estados Unidos, cifra que es una buena aproximación al paro semanal, que volvieron a sorprender a los analistas, al situarse a su nivel más bajo desde finales del mes de enero-, es lo que puede llevar a la Fed, tal y como ha anunciado, a mantener más tiempo del esperado sus tasas de interés a niveles restrictivos. Una vez más, “las buenas noticias macroeconómicas son malas noticias para los mercados”.

Por todo ello, los inversores se han visto obligados de golpe a modificar sus expectativas de tipos y, por tanto, las valoraciones de muchos activos y sus estrategias de inversión. Ayer asistimos a la típica sesión de reducción de posiciones de riesgo, con un fuerte incremento de la volatilidad, lo que afectó tanto a la renta variable, con los valores de corte cíclico y los catalogados como de “crecimiento” como los más penalizados por los inversores, como a los mercados de bonos, activos cuyos precios cedieron, provocando un nuevo repunte de sus rendimientos, algunos de los cuales se han situado ya en sus niveles más elevados de los últimos quince años, niveles que no alcanzaban desde antes del inicio de la Gran Crisis Financiera de finales de la primera década de este siglo.

A partir de ahora serán las cifras macroeconómicas que se vayan publicando, crecimiento, empleo y, sobre todo, el comportamiento de la inflación, las que determinarán las expectativas de tipos de interés de los inversores y, por tanto, el comportamiento de los mercados. Si la inflación evoluciona mejor de lo esperado, algo que no se debe descartar -el miércoles el IPC de agosto del Reino Unido sorprendió gratamente a la baja-, las bolsas y los bonos reaccionarán de forma muy positiva. Hasta entonces, continuarán las dudas entre los inversores, lo que impedirá, en nuestra opinión, que las bolsas retomen la tendencia alcista que han mantenido durante la primera mitad del ejercicio. Ello no es obstáculo para que, dado el elevado nivel de sobreventa que presentan actualmente muchos valores y los índices, podamos asistir a repuntes puntuales en los mercados de valores europeos y estadounidenses.

Hoy, en principio, esperamos que las bolsas europeas abran con ligeros descensos, en una sesión en la que, si los rendimientos de los bonos ceden algo de terreno y el dólar se estabiliza, es posible que vuelva la calma a estos mercados. No obstante, la publicación en la Eurozona, sus dos principales economías: Alemania y Francia, el Reino Unido y Estados Unidos de las lecturas preliminares de septiembre de los índices adelantados de actividad de los sectores de las manufacturas y de los servicios, los PMIs que elabora la consultora S&P Global, podrían dar un nuevo sobresalto a los inversores, si muestran una mayor desaceleración de la actividad privada de la anticipada por los analistas en el mes, ya que ello confirmaría que las principales economías desarrolladas siguen desacelerándose, con las europeas abocadas a entrar en una potencial recesión.