Los inversores ven la entrada en recesión de las economías desarrolladas como algo inevitable y los mercados caen con fuerza

Mercados de valores

Juan J. Fdez-Figares (Link Securities) | Finalmente, y tras dos “intentos fallidos” recientes, en los que fue capaz de evitarlo al cierre de la sesión, el S&P 500 entró ayer en lo que se conoce como “mercado bajista”, al haber cedido más del 20% desde último máximo, alcanzado el 3 de enero. Siendo éste el índice que mejor representa a la economía estadounidense en su conjunto, podemos afirmar que este mercado ha entrado en mercado bajista a pesar de que el Dow Jones, un índice mucho menos representativo y condicionado por la forma en la que se calcula la ponderación en el mismo de los 30 valores que lo componen -se hace por el precio de la acción y no por la capitalización bursátil de la compañía-, todavía no lo haya hecho (ha perdido el 17,1% desde su último máximo). De esta forma el S&P 500, al entrar en mercado bajista, pasa a “acompañar” al Nasdaq Composite y al Russell 2000 entre los principales índices estadounidenses, así como a la mayoría de los índices bursátiles europeos, que llevan ya bastantes meses en esta fase de mercado.

Así, y en una jornada de clara reducción de sus posiciones de riesgo por parte de los inversores, tanto los precios de los bonos, con el consiguiente fuerte repunte de sus rendimientos, como los de las acciones fueron ayer duramente castigados tanto en las principales plazas financieras europeas como estadounidenses. Este comportamiento de los inversores creemos que se explica principalmente por el convencimiento de muchos de ellos de que los bancos centrales, si quieren terminar controlando la alta inflación, se verán forzados a subir sus tasas de interés de referencia hasta niveles en los que terminarán “destruyendo” la demanda. Por tanto, el escenario de un “aterrizaje suave” de las principales economías desarrolladas, en el que los bancos centrales eran capaces de embridar la inflación sin penalizar excesivamente el crecimiento económico, parece que, de momento, ha sido descartado por unos inversores que ven la entrada en recesión de las principales economías desarrolladas como inevitable. No estamos diciendo que esa sea nuestra opinión, ya que no tenemos tan claro este escenario, que pensamos que puede no terminar produciéndose, pero sí que en los últimos días todo apunta que es por el que apuesta una parte importante de los inversores.

Además, durante la sesión de ayer cogió fuerza la posibilidad de que, en la reunión de dos días del Comité Federal de Mercado Abierto de la Fed, el FOMC, que comienza hoy, el banco central estadounidense opte por incrementar sus tasas de interés de referencia en 75 puntos básicos, por encima del medio punto porcentual que venía descontando el mercado. Nosotros tampoco lo tenemos nada claro, ya que pensamos que a la Fed tampoco le conviene en estos momentos que los mercados bonos y de renta variable se “hundan”, ya que ello tendría un impacto directo y muy rápido en el crecimiento económico por la destrucción del conocido como “efecto riqueza” -en EEUU, a diferencia de en Europa y, especialmente en España, muchos ciudadanos tienen sus ahorros invertidos en este tipo de activos-. Es por ello que apostamos por un incremento de sólo 50 puntos básicos de los tipos de interés oficiales estadounidenses.

Decir, además, que si hace unas semanas teníamos claro que el rebote que experimentaron las bolsas occidentales durante la segunda mitad de mayo era el típico repunte que suele darse en medio de un mercado bajista, ahora ya no tenemos ninguna duda de que así fue. En ese momento las condiciones de elevada sobreventa que presentaban la mayoría de los principales índices y de muchas acciones y el hecho de que el pesimismo de los inversores se hubiera situado cerca de niveles récord, propició la mencionada reacción de las bolsas. Actualmente se repiten estas mismas condiciones, por lo que no descartamos que en el corto plazo podamos asistir a un nuevo repunte vertical de estas bolsas. Nuestra recomendación, no obstante, sigue siendo la misma que hicimos en mayo: aprovechar estos repuntes para: i) situar nuestra exposición al riesgo al nivel en el que nos encontremos cómodos y que podamos asumir; en este sentido señalar que los mercados bajistas no duran para siempre; y ii) aprovechar para hacer cambios en nuestras carteras, incrementando el peso relativo en las mismas de los valores catalogados como de defensivos, que ofrecen productos y servicios con una demanda muy inelástica, por lo que se sus negocios sufren menos en épocas de crisis.

Por último, señalar que en el corto plazo puede haber algunos factores que provoquen esta reacción positiva y puntual de las bolsas. Concretamente, si mañana tras la reunión del FOMC la Fed se muestra menos “agresiva” de lo esperado y cumple con el guion, subiendo sus tasas de referencia en sólo medio punto porcentual, es factible que asistamos a un pequeño rally de alivio en las bolsas. Más a medio plazo, serán factores como el levantamiento total de las restricciones y de los confinamientos en China; los primeros indicios de que la inflación ha tocado techo; una mayor resistencia de las economías occidentales del esperado, lo que se reflejará también en una mayor resistencia de los resultados empresariales; o, y en el mejor de los escenarios, el final de la guerra en Ucrania, los que puedan sacar a las bolsas del actual mercado bajista en el que están inmersas.

Hoy, para empezar, esperamos que las bolsas europeas abran al alza, intentando de esta forma recuperar algo de lo cedido en los últimos días. No obstante, no esperamos que las alzas vayan a ser relevantes, ya que muchos inversores esperarán a lo que “haga y diga” la Fed mañana antes de comenzar a incrementar posiciones en activos de riesgo. Por lo demás, comentar que en la agenda macroeconómica del día de hoy hay varias citas importantes, comenzando por la publicación de la lectura final de mayo del IPC de Alemania, de la que no esperamos sorpresas. En este país también se darán a conocer los índices ZEW del mes de junio, índices que miden la percepción que sobre el estado actual y futuro de la economía alemana tienen los grandes inversores y los analistas, y que se espera mejoren ligeramente con relación a sus lecturas de mayo. Por último, y ya por la tarde, se dará a conocer en EEUU el índice de precios a la producción (IPP) del mes de mayo, para el que los analistas no esperan cambios sustanciales en su tasa de crecimiento interanual. Un dato peor de lo esperado podría provocar que las bolsas europeas y estadounidenses se giren nuevamente a la baja.