Los miembros de la Fed consideran apropiado empezar a debatir los factores técnicos para ralentizar la reducción del balance

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Intermoney | Empezamos un nuevo año con la relativa calma habitual de estas fechas y dejando atrás otro año convulso en el que, tanto la política monetaria como las referencias macro, han seguido dando que hablar y siendo los principales focos de atención de los mercados. Si con la despedida del año dijimos adiós al ciclo de endurecimiento en los tipos de interés de los principales bancos centrales a medida que la inflación tocaba techo y comenzaba su progresivo descenso, ahora entramos en un 2024 donde asistiremos, sea tarde o temprano, a los primeros pasos en cuanto a la flexibilización de las tasas de referencia.

Aunque en este escenario uno tiene que seguir bien atento a la publicación de los datos macro, estos primeros días de año permiten un poco más de tregua, que se rompe sólo con la publicación de los datos de nóminas de diciembre. Esperamos ver un crecimiento del entorno de 180.000 pero esto esconde que el aumento del empleo se ha concentrado dos sectores acíclicos, como sanidad y administración pública, además del efecto de los empleados recontratados en las plantas de automóviles, mientras que en la mayoría de los sectores no esperamos subidas importantes e incluso en algunos las nóminas seguirán decreciendo. En consecuencia, con esto, debemos esperar que el crecimiento salarial se moderará en diciembre y es que, con la minoración del exceso de demanda de mano de obra, esperamos que el crecimiento de los salarios por hora se modere hasta el 0,2% desde el 0,4% de noviembre.

Hasta ahora, la seguridad laboral ha sido el mejor aval para que la actividad funcione, lo que explica el tensionamiento del ahorro de los estadounidenses durante todo el año y la expansión del endeudamiento. Pero el enfriamiento de esta actividad es lo que ha estado buscando la Reserva Federal sobre la premisa del “aterrizaje suave” que cause el menor daño posible a laactividad. Conforme la información macro ha ido moviéndose en el rango esperado, el banco central ha ido modificando el tono. No extraña que a medida que avanzábamos los últimos meses de 2023, viéramos cómo la Fed ha ido modificando el tono para sus futuras acciones de agresivo a más suave, para acabar el año señalizando que el plan central es no volver a subir los tipos y abriéndose la puerta a varias bajadas de tipos a lo largo del año que viene. Este viraje, que se hizo evidente en la última reunión, desencadenó un fuerte repunte de las acciones y los bonos. Desde entonces, varios miembros del FOMC se habían retractado de los comentarios intentando poner calma, afirmando que los recortes de tipos no son inminentes.

Es por eso por lo que la publicación de las actas este miércoles atraían las miradas. Dando por descontado que los tipos han llegado ya a su nivel terminal, la confirmación de esto en las actas no eran lo más jugoso del informe, sino que había que centrarse en otros puntos. Por un lado, los hawkish del FOMC conseguían que las condiciones a las que se supedita el recorte de los tipos son de línea dura, en el sentido de que presionan a los mercados a deshacer las apuestas de relajación de marzo y es que «En sus proyecciones presentadas, casi todos los participantes indicaron que, reflejando las mejoras en sus perspectivas de inflación, sus proyecciones de referencia implicaban que sería apropiado un rango objetivo más bajo para el tipo de los fondos federales a finales de 2024». Pero por otro, se mostraban más flexibles en otros aspectos, y es que, por ejemplo, los riesgos señalados para las perspectivas económicas unido al debate sobre el QT nos dan una idea de la suavización en su postura.

Y esto último es muy interesante, ya que incluso después de rebajar sus perspectivas medias de inflación y crecimiento para 2024, «varios» miembros del FOMC reconocieron el riesgo de un deterioro abrupto de las condiciones estimulado por el debilitamiento del mercado laboral. Esto, unido al debate de la Reserva Federal sobre la posibilidad de una ralentización de la reducción de su balance volvía a alimentar las compras en los bonos. Y es que las actas muestran que los miembros consideraron apropiado empezar a debatir los factores técnicos para ralentizar la reducción del balance y esto era la mayor sorpresa.

En concreto, se mencionaba que “Algunos participantes señalaron que los planes del balance del Comité indicaban que se frenaría y luego se detendría la disminución del tamaño del balance cuando los saldos de reserva estuvieran algo por encima del nivel considerado consistente con reservas amplias” y que por tanto “sería apropiado que el Comité comenzara a discutir los factores técnicos que guiarían una decisión para frenar el ritmo de la reducción mucho antes de que se tomara dicha decisión”.

En cuanto al otro lado del Atlántico, a pesar de resultar una semana con menos referencias, de entre ellas destacaban las lecturas precios de diciembre en las dos principales economías del euro. En Alemania los precios cerraban en 2023 con un incremento de 1,5 p.p. respecto al mes anterior debido a unos efectos de base que esta vez jugaban en contra. En Francia el IPCA también ascendía pero de forma mucho más comedida, en sólo dos décimas hasta el 4,1% a. Este aumento de la inflación se debe a los efectos de base y a la aceleración en un año de los precios de la energía y los servicios, mientras la buena noticia era que los precios de los productos manufacturados y los alimentos deberían ralentizarse de nuevo, lo que influía también en que mes a mes los precios prácticamente se estancasen (+0,1% m.).

Como decimos, en diciembre, el repunte de la inflación general en la economía germana hasta el 3,8% a. frente al 2,3% anterior se debió principalmente a la inversión de los efectos de base en los precios de la energía y a la introducción de topes en los precios de la energía en diciembre del año pasado. No obstante, de cara al comienzo del año debemos esperar que el debilitamiento de la demanda como consecuencia de la subida de los tipos de interés de lugar a caídas de los precios en los próximos meses, sin que tengan que ser los efectos de base los impulsores. Aun así, permanecerán ciertos sostenes como el menor apoyo público, y es que las medidas del Gobierno alemán para cerrar el déficit de financiación de 2024 en el presupuesto insertarán nuevas presiones al alza sobre la inflación. La vuelta del IVA limitado del 7% al 19% normal para los servicios de restauración servirá de resistencia para el IPC de servicios.