Ninguno de los productores de petróleo, ni de la OPEP ni de la OPEP+, están en este momento interesados en provocar una nueva guerra de precios

pozos de petroleo

J.J. Fdez-Figares (Link Securities) | En una sesión en la que el “extraño” comportamiento de los bonos y la volatilidad del precio del crudo condicionaron el comportamiento de las bolsas, los principales índices bursátiles europeos y estadounidenses cerraron a la baja, lastrados por la fuerte caídas que experimentaron las cotizaciones de muchos valores de corte cíclico. De esta corriente generalizada se desmarcó el Nasdaq Composite que, apoyado en la fortaleza mostrada por algunos de los grandes valores tecnológicos, terminó la jornada marcando un nuevo máximo histórico. 

En una jornada que fue claramente de más a menos, especialmente para los valores que salen más favorecidos por la recuperación económica, asistimos a una nueva y brusca rotación sectorial. Así, al comienzo de la jornada la fortaleza mostrada por el precio del crudo, variable que, en un principio, se vio favorecida por la incapacidad de la OPEP+ de llegar a un acuerdo para volver a incrementar la producción de petróleo del grupo a partir de agosto, impulsó en bolsa, tal y como esperábamos, las cotizaciones de los valores relacionados con esta materia prima. Sin embargo, y tras una segunda lectura de lo acontecido en la reunión de la OPEP+, lectura que no compartimos, el precio del petróleo, tras haber alcanzado su nivel más elevado en siete años, se giró a la baja, arrastrando tras de sí a todo el sector del gas y petróleo en bolsa. Entendemos que algunos inversores temen que se rompa la alianza entre los países de la OPEP y otros productores “no OPEP”, encabezados por Rusia, y que cada miembro decida por su cuenta incrementar sus producciones. Este escenario, que ayer comentamos, y en el que no creemos, provocaría una nueva guerra entre productores que hundiría el precio de esta materia prima. Fue lo que ocurrió hace un par de años y nadie salió ganando, por lo que no pensamos que ninguno de estos productores esté en este momento interesado en provocar la mencionada guerra, siendo más factible que la OPEP+ se vuelva a reunir y alcance un nuevo acuerdo. 

Pero la gran noticia del día fue la fortaleza mostrada por los bonos, tanto en Europa como en EEUU, que, además, provocó un aplanamiento de la curva de tipos, algo que suele ocurrir cuando los inversores descuentan una desaceleración del crecimiento económico -desde finales de marzo la rentabilidad del bono 10 años estadounidense ha pasado del 1,75%, máximo reciente, al 1,37% donde cerró ayer-. Si bien es cierto que posiblemente, como mostraron ayer los índices adelantados de actividad del sector servicios en EEUU de junio (PMI e ISM), es muy factible que en el mes de mayo esta economía haya alcanzado su “pico” en su ritmo de crecimiento mensual, al menos en el corto plazo, también lo es que la actividad económica privada sigue expandiéndose a tasas históricamente muy elevadas. En el corto plazo, factores como los cuellos de botella en las cadenas de suministros, los problemas logísticos y la escasez de mano de obra cualificada están impidiendo a muchas empresas crecer al ritmo que la fuerte demanda les permitiría, algo que se nota más en sectores industriales como el del automóvil, pero entendemos que son factores temporales, que terminarán por corregirse. Además, no compartimos la hipótesis que manejan algunos inversores en el mercado de bonos de que la inflación, al menos en EEUU, ya ha tocado techo. Es más, el reciente repunte de los precios del crudo, que creemos va a continuar en el corto plazo, amenaza con impulsar aún más al alza esta variable. Por último, otro factor que pudo propiciar ayer que los inversores incrementaran sus posiciones en bonos, el impacto de la variante Delta en el crecimiento económico, tampoco nos convence del todo. Analizando el caso concreto del Reino Unido, si bien los contagios de Covid-19 se han disparado, tanto las hospitalizaciones como las muertes no lo han hecho, lo que apunta a un buen funcionamiento de las vacunas y que el virus está ahora afectando a una población más joven, todavía no vacunada, que es mucho más resistente al mismo. De hecho, el Gobierno británico parece dispuesto a retirar todas las restricciones impuestas para luchar contra la pandemia la próxima semana -el lunes 12 se espera que ratifique esta decisión-. Lo cierto es que habrá que convivir con el virus, pero en circunstancias muy diferentes y mucho más ventajosas que al comienzo de la pandemia. No esperamos, por tanto, que las autoridades de los distintos países, sobre todos de aquellos en los que el proceso de vacunación está más avanzado, den una brusca marcha atrás y reimpongan las restricciones. Es más, estamos convencidos que el coste político de hacerlo es demasiado elevado para que los gobernantes adopten estas medidas. 

No obstante, y fuera por lo que fuera -realmente nos cuesta encontrar un factor que justifique el movimiento-, ayer los inversores apostaron claramente por posiciones defensivas, lo que se notó primero en los bonos y, posteriormente en las bolsas, mercados en los que a media sesión se produjo una brusca rotación desde valores de corte cíclicos y desde las opciones catalogadas como de “valor” hacia los valores defensivos y hacia los de crecimiento, especialmente los tecnológicos, valores estos últimos que suelen comportarse mejor cuando las rentabilidades de los bonos bajan como lo hicieron ayer. Creemos que este posicionamiento de los inversores no va a durar mucho, por lo que, en caso de continuar “el castigo” en bolsa a los valores más ligados al ciclo económico, aprovecharíamos para incrementar posiciones en este tipo de compañías. 

En este sentido, señalar que hoy esperamos que las bolsas europeas abran entre planas y ligeramente al alza, y que sean los valores más ligados al ciclo económico los que lideren las ganancias. Por lo demás, comentar que la agenda macro del día es muy limitada, destacando únicamente la publicación de la producción industrial alemana de mayo y de las cifras de empleos ofertados del mismo mes en EEUU. Además, a última hora de la tarde se publicarán las actas de la reunión de junio del Comité Federal de Mercado Abierto de la Reserva Federal (FOMC), actas en las que es posible se reflejen las distintas posturas de los miembros del comité con relación al inicio del proceso de retirada de estímulos monetarios. Es posible que, además, las actas aporten alguna “pista” sobre una posible fecha para el inicio de este proceso. 

Por último, y siguiendo con los bancos centrales, señalar, que ayer se inició la reunión del BCE en la que sus miembros van a intentar acordar una nueva estrategia con relación a la inflación. Al igual que ocurre en el FOMC, en el seno del Consejo de Gobierno del BCE las posturas están muy distanciadas, por lo que vemos complicado que salga algo “muy revolucionario” de la mencionada reunión.