Trump firma una orden ejecutiva para retrasar hasta el 1 de agosto la entrada en vigor de los nuevos aranceles, dejando así margen a las negociaciones

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Juan J. Fdez-Figares (Link Securities) | En una jornada en la que el factor “tarifas”, a falta de otras referencias macroeconómicas y empresariales, “monopolizó” la atención de los inversores, los principales índices bursátiles europeos cerraron ayer en su mayoría al alza, cerca de sus niveles más altos del día, con excepciones como la del FTSE 100 británico, que lo hizo ligeramente a la baja. Los sectores de corte más cíclico, encabezados por los de ocio y turismo y por los bancos, así como los tecnológicos y los de defensa impulsaron los índices al alza, mientras que los de corte más defensivo como los de las utilidades, los valores del sector de la alimentación y los del sector de la sanidad, todos ellos lastrados por el repunte de los rendimientos de los bonos, terminaron la sesión con sensibles caídas. 

Detrás de todo ello estuvo la interpretación “optimista” que hicieron los inversores en Europa sobre la actitud del gobierno de EEUU, concretamente de su presidente, Donald Trump, con relación a la política arancelaria. Así, si bien Trump y su equipo habían amenazado con comenzar a enviar cartas a sus socios comerciales imponiéndoles de forma unilateral nuevos aranceles, básicamente recuperando las tarifas “recíprocas” de principios de abril, con la intención de forzarles a agilizar las negociaciones comerciales, también abrieron la posibilidad de alargar el plazo de 90 días estipulado inicialmente para las mencionadas negociaciones. Entendemos que fue este último tema, la posibilidad de alargar los plazos para poder seguir negociando, lo que ayer llevó a los inversores en las bolsas europeas a ver el “vaso medio lleno” y a optar por incrementar sus posiciones de mayor riesgo. 

Posteriormente, todo lo señalado se fue cumpliendo a rajatabla. Trump anunció que había enviado cartas a algunos de sus socios comerciales, entre ellos a Japón, Corea del Sur y Sudáfrica, en las que les imponía de forma unilateral nuevos y elevados aranceles, aunque dejaba la puerta abierta a seguir negociando y a modificarlos en función de las ofertas que hicieran estos países. Igualmente, Trump anunció que iba a firmar una orden ejecutiva para retrasar hasta el 1 de agosto la entrada en vigor de los nuevos aranceles, dejando de este modo margen a las negociaciones, algunas de las cuales, según dijo el secretario del Tesoro de EEUU, Bessent, estaban a punto de cerrarse. 

Los inversores estadounidenses, a diferencia de los europeos, no se mostraron ayer tan optimistas, lo que llevó a los principales índices de Wall Street a cerrar la jornada de ayer con significativos descensos, aunque lejos de sus niveles mínimos del día. Quizás en este comportamiento tuvo mucho que ver el hecho de que los índices se encontraban en máximos históricos y que el nivel de sobrecompra de los mismos y de muchos de los valores que mejor lo habían venido haciendo en las últimas semanas, entre ellos los tecnológicos, era muy elevado. 

Si bien vemos como favorable el hecho de que la Administración Trump haya alargado el plazo para seguir negociando, seguimos dudando de las verdaderas intenciones del gobierno estadounidense, es decir, si esta táctica agresiva es una técnica de negociación o si, por el contrario, el objetivo es aplicar de forma generalizada tarifas elevadas a todos sus socios comerciales, lo que podría devenir en una “guerra comercial” en toda regla, con consecuencias para el crecimiento económico mundial y para la inflación imprevisibles. De momento, lo que es evidente es que tanto los consumidores a la hora de gastar como las empresas a la hora de invertir siguen en el “limbo”, lo que condicionará sin ninguna duda sus decisiones, algo negativo para todas las economías implicadas. 

Por tanto, y por ahora, será el factor “tarifas” el que siga condicionando el comportamiento de los diferentes mercados financieros, para bien y para mal, dependiendo de lo que vayan “comunicando” Trump y su equipo en materia de aranceles en los próximos días. Esta incertidumbre también se trasladará a los bancos centrales, complicando sobremanera sus decisiones en materias de tipos de interés, ya que, dependiendo del nivel final de los aranceles el impacto en la inflación será mayor o menor. 

Para empezar la jornada de hoy, jornada en la que la agenda macro vuelve a ser muy liviana, sin cifras que puedan “mover” los mercados, esperamos que los principales índices bursátiles europeos abran con ligeros descensos, desmarcándose de este modo de los asiáticos, que han cerrado esta madrugada con avances generalizados. Posteriormente, serán las noticias sobre aranceles y el comportamiento de Wall Street el que determine qué tendencia adoptan las bolsas europeas. Por lo demás, cabe señalar que esta madrugada el dólar viene cediendo ligeramente terreno con relación al resto de principales divisas; que el precio del petróleo cae, tras haber terminado ayer al alza, y ello a pesar de que la OPEP+ anunció un incremento de producción a partir de agosto superior al esperado inicialmente; que el precio del oro está estable; y que los precios de las principales criptodivisas no muestran un comportamiento homogéneo, aunque presentan pocas variaciones.