El repunte de la renta variable está mostrando signos de fatiga.

Thomas Hempell, responsable de análisis macro y mercados de Generali AM, parte del ecosistema de Generali Investments | El mes pasado habíamos señalado un pesimismo excesivo sobre los tipos y nuestra inclinación hacia la duración dio sus frutos en la primera quincena de mayo, con una caída de los rendimientos de los bonos estadounidenses a 10 años de más de 30 puntos básicos antes de recortar la mayor parte del movimiento a finales de mes; los rendimientos de los bonos alemanes son incluso algo superiores en el mes. La correlación entre los precios de las acciones y de los bonos ha vuelto a ser positiva en el segundo trimestre, y el repunte de la renta variable (durante la temporada de resultados) está mostrando signos de fatiga.

De cara al futuro, esperamos que domine el entorno favorable al mercado de una leve recuperación mundial, un aterrizaje más suave en EE.UU. y la continuación de la desinflación. El PMI compuesto mundial ha seguido subiendo, en gran parte gracias a una notable mejora en la eurozona. El sector manufacturero mundial sigue de capa caída, pero la recuperación del comercio, la entrada de nuevos pedidos y la subida de los precios de los metales apuntan a un cierto repunte de la producción industrial mundial. EE.UU. se encamina hacia una sólida expansión en el segundo trimestre por encima del 2% en a tasa anual ajustada estacionalmente  (SAAR, por sus siglas en inglés), pero el boyante ritmo del segundo semestre de 2024 se ha moderado y prevemos un aterrizaje suave durante el verano. China se está tomando más en serio la detención de la espiral descendente del sector inmobiliario con medidas políticas más audaces. Hay que reconocer que se está descontando gran parte del optimismo mundial. Los datos sólidos no han logrado impresionar a los mercados, y los índices sorpresa han llegado incluso a caer en números rojos en Estados Unidos. Pero el panorama general apunta a un suave crecimiento mundial en el futuro, con un consumo sostenido por unos mercados laborales resistentes.

Los efectos de base harán que las lecturas de la inflación anual sean más irregulares en el segundo semestre. No obstante, seguimos confiando en que la tendencia gradual a la desinflación se mantenga gracias al enfriamiento del mercado laboral y a la desinflación retardada de los alquileres en EE.UU., así como a la relajación de la presión salarial y del poder de fijación de precios en la eurozona.

En medio del tira y afloja de unos datos de actividad decentes, por un lado, y la inflación en retroceso y los próximos recortes de tipos, vemos que las perspectivas de los rendimientos se inclinan ligeramente a la baja, aunque no de forma lineal. Dado que los mercados siguen muy pendientes de las próximas cifras de inflación y que el riesgo de decepción temporal es elevado, nos inclinamos por una exposición a largo plazo moderada. La solidez de las perspectivas de beneficios empresariales y las perspectivas de bajada de tipos también deberían favorecer el sentimiento general de riesgo. Dicho esto, teniendo en cuenta la magnitud del pasado repunte, las elevadas valoraciones, el posicionamiento abarrotado y unas primas de riesgo y una volatilidad muy bajas, mantenemos por ahora una postura neutral en el extremo más arriesgado de nuestro universo de clases de activos (renta variable, crédito HY). Centramos nuestras sobreponderaciones tácticas en productos con diferenciales de mayor calidad, como el crédito IG y los bonos soberanos del sur de Europa, en detrimento de las infraponderaciones en bonos básicos a más corto plazo y efectivo.