Las catastróficas órdenes de fábrica alemanas de octubre se desplomaban un 3.7%

Ana Racionero (Intermoney) | Todo aquel afortunado que, como yo, no hiciera la guardia de ayer, se habrá encontrado igual de sorprendido al abrir el “pricing” y observar los niveles de los bonos, el enorme” flattening” de las curvas y el EURUSD ya por debajo del 1.08, y es que, por más que la volatilidad del mercado hace tiempo que es extrema y los movimientos se magnifican, uno no termina de acostumbrarse. De modo que, tirando atrás del hilo, me encuentro con que ayer, el ADP respaldaba la tendencia que ya señalaban las ofertas de empleo JOLTS del día anterior, y que no es otra que la de un enfriamiento del mercado laboral, enfriamiento, por otro lado, largamente buscado por la FED y que, por más que se le ha resistido, parece que comienza a ser una realidad. Toda la atención se encuentra por tanto puesta mañana en las nóminas no agrícolas, que terminarán de confirmar, o no, la consistencia de esta tendencia. Entretanto, las peticiones semanales iniciales de subsidio por desempleo aumentaban esta tarde ligeramente de 219k a 220k, tal y como se esperaba, aunque los reclamos continuos disminuían bien por debajo de las estimaciones, rompiendo la tendencia al alza de los últimos meses. El descenso del ADP por encima de lo esperado avivaba los descensos de las rentabilidades y las expectativas de próximas bajadas de tipos, y las mayores probabilidades que el mercado otorga a una recesión hacían caer de forma más acusada los rendimientos del largo plazo, aplanando las curvas. Pero antes de eso, ayer conocíamos las catastróficas órdenes de fábrica alemanas de octubre, que, en lugar de ascender un 0.2% como se esperaba, se desplomaban un 3.7%, lo que apunta a otra contracción en el cuarto trimestre de la tradicionalmente llamada “locomotora de Europa”, lo que, indefectiblemente, daba otro empujón a los Bunds y llevaba al mercado monetario a descontar 150 pb de recortes de tipos en 2024 hasta dejar el tipo de interés de la zona euro al 4.50% y al euro bastante malherido. Las apuestas sobre una primera baja de 25 pb en marzo llegaban a alcanzar un 84% de probabilidades, lo que dejaría al BCE como primer banco central de entre los principales en bajar tipos, haciendo que Kazaks, el letón del BCE, saliera a la palestra a enfriar los ánimos diciendo que no habría necesidad de bajar tipos en la primera mitad de 2024 y Kazimir, el eslovaco, que los últimos datos de inflación sugerirían que no harán falta más subidas de tipos, pero que una rebaja en el primer trimestre es ciencia ficción. Los analistas de Deutsche Bank, sin embargo, apuestan por una primera rebaja en abril de 50 pb, seguida de otra de igual cuantía en junio, y se unían a la opinión imperante de 150 pb de recorte en 2024. El petróleo caía un 4% hasta mínimos de cinco meses, con el WTI bajando de los 70 USD por barril por primera vez desde julio, lo que alimentaba las expectativas de próximos recortes de tipos ante las grandes bajadas de los “breakeven”. El USD subía frente a sus pares por tercer día consecutivo al actuar como valor refugio ante las crecientes expectativas de recesión. Del mismo modo, el franco suizo escalaba hasta máximos de 14 meses frente al euro.

Para más “INRI”, el vicegobernador del Banco de Japón, Ryozo Himino, señalaba esta madrugada que el BOJ se encontraría cada vez más cerca de poner fin al último régimen de tipos de interés negativos del mundo, lo que hacía que se empezara a especular hasta en un 45% de probabilidades con un cambio en la política monetaria en su próxima reunión del día 19 y provocaba un “sell off” de renta fija y variable que elevaba el rendimiento del 10 años JGB 12 pb. Un “sell off” que se veía ampliado por una pésima subasta del 30 años JGB, siendo el único beneficiado el yen que, mientras escribo estas líneas, ya se anda en el 144.04 frente al USD. Para colmo de males, Moody ́s rebajaba la perspectiva de estable a negativa a ocho bancos chinos tras la reciente rebaja de su deuda pública, lo que terminaba de hundir las bolsas del gigante asiático.

De manera que en Europa abríamos con los bonos a la baja y, al ser mayor la caída en el largo plazo, con un empinamiento de las curvas. La producción industrial alemana, al igual que ayer las órdenes de fábrica, empeoraba las previsiones con un retroceso en octubre del -0.4% en lugar de ascender un 0.2%. La producción industrial italiana, si bien descendía, lo hacía en menor medida de lo esperado, y las ventas minoristas salían por sorpresa de terreno negativo hasta el 0.4%. Su tasa de inflación implícita a 10 años, o “breakeven”, caía a su nivel más bajo en 10 meses. La lectura final del PIB de la Eurozona del tercer trimestre confirmaba el -0.1% trimestral; sin embargo, corregía en una décima a la baja el 0.1% interanual para dejarlo en estancamiento, lo que hacía que los bonos europeos retomaran las compras, llevando el 10 años Bund, al 2.17%, a su mínimo desde abril.

España celebraba su última subasta de bonos de este año con muy buen resultado. Del SPGB 0.60% 10/2029 adjudicaba 1198 millones de euros con una rentabilidad media del 2.831%. Del SPGB 3.90% 07/2039 adjudicaba 1727 millones de euros con un rendimiento medio del 3.589%. Por último, del SPGBEI 0.70% 11/2033 adjudicaba 505 millones de euros con un interés medio del 1.199%. En total, colocaba 2925 millones de euros de un objetivo de colocación de 2500- 3500 y 250-750 para el “linker”.

Como se comentaba al principio de este informe, las peticiones iniciales de subsidio por desempleo y los reclamos continuos corroboraban la lectura de los datos de empleo previos de esta semana, siendo las nóminas no agrícolas de mañana las que confirmen la tendencia. Por otro lado, la lectura final de inventarios mayoristas de octubre se revisaba a la baja de -0.2% a – 0.4%, y las ventas de comercio al por mayor retrocedían del 2.2% de septiembre a un -1.3%, cuando se esperaba un incremento del 1%, lo que resulta coherente con el sentimiento imperante de “risk off”, a pesar de lo cual, el Nasdaq 100 subía un 1% y el S&P 500 detenía una caída de tres días gracias a los buenos resultados de algunos gigantes tecnológicos, que desataban la euforia respecto de la IA.