«Las recompras de acciones permiten devolver un exceso de fondos propios; un dividendo extraordinario también, y no influye en la cotización»

Antonio Gómez Ciria, consejero de Mapfre y de Redeia, explica en el número de diciembre de Consejeros que «los administradores de las empresas tienen la obligación de optimizar la gestión de sus fondos propios. Por tanto, si en un determinado momento consideran que tiene más fondos propios de los óptimos para la gestión del negocio deben tomar la decisión de devolverlos a sus propietarios que son los accionistas. Una forma de realizar la devolución del exceso de fondos propios es mediante la ejecución de un programa de recompra de acciones pero no es la única. El mismo objetivo se puede conseguir mediante el incremento del dividendo o abonando un dividendo extraordinario. Esta segunda opción tiene la ventaja de afectar por igual a todos los accionistas y no influir, aunque sea de forma temporal, en la cotización de las acciones».

Usted fue presidente del ICAC, cargo que dejó en el 2000. ¿Cómo ha evolucionado la información contable en las empresas españolas desde entonces?

Cuando se aprobó la Ley del Mercado de Valores en el año 1988, alguna de las grandes empresas tenía salvedades en su opinión de auditoría, por incumplimiento de los principios de contabilidad generalmente aceptados o por limitaciones en la información. Después, progresivamente, se incrementó la demanda de los inversores para que las Cuentas Anuales reflejasen la imagen fiel y hoy día, todas las empresas del Ibex 35 tienen una opinión de auditoría favorable. En este cambio cultural han influido muchos factores…

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