Intermoney | La reunión de la Reserva Federal no dejaba indiferente a nadie, incluso dando por descontado que la
horquilla de los fed funds se mantendría sin cambios en el 4,25%-4,50% como así finalmente ocurrió. Y es que las divisiones dentro del comité —con dos gobernadores de la Fed disintiendo por primera vez desde 1993— fueron bastante notables. Si hasta ahora Powell tenía el enemigo fuera de la Fed, en la Casa Blanca, ahora al mandatario del banco se le ha instalado dentro de su propia casa, con los votos de los gobernadores Christopher Waller y Michelle Bowman en favor de un recorte de 25 p.b. Podría parecer simplemente que disientan de la política monetaria actual del banco, pero también ocurre que son dos de los candidatos que el presidente Trump sopesa para sustituir a Powell al final de su mandato. La cuestión es si esta disidencia se está extendiendo a otros miembros, como por ejemplo Adriana Kugler, que también está en la órbita para ser la nueva cabeza del banco y que no pudo asistir a este encuentro.
Disidencias aparte, al menos vimos cambios moderadamente dovish en el comunicado, ya que el banco reconoce que “los indicadores recientes sugieren que el crecimiento de la actividad económica se moderó en la primera mitad del año”. No obstante, y a la espera de las actas, el comunicado parecía querer contentar a las opiniones disidentes, ya que esas señales fueron luego eclipsadas por la comparecencia en un tono más estricto de Powell, en la que hizo énfasis que, a pesar de la incertidumbre la economía americana se mantiene “sólida” y que un escenario base razonable es suponer que el efecto inflacionario de los aranceles será de corta duración. La parte positiva estaba en que al menos veía que la mayor parte ha sido absorbida por empresas en las etapas previas al
consumidor final, es decir, siendo amortiguado por los márgenes de ganancia. Respecto al mercado laboral, aunque también ha resistido bastante bien hasta ahora, sí reconoció que existen “riesgos a la baja claramente visibles” en el empleo.
Sobre la actividad, reconocía que se había producido una desaceleración del consumo, pero no muy intensa, y siendo esperada desde hace tiempo. En la misma dirección, señalaba en sus propias palabras que “me parece que la economía no se comporta como si la política restrictiva la estuviera afectando de forma inapropiada, y una política moderadamente restrictiva parece apropiada” y de hecho, una de las frases más contundentes era al dejar caer incluso que se podría argumentar que están ignorando la inflación al no subir las tasas; ya que “no hemos reaccionado ante la nueva inflación”. No es de extrañar por tanto que repitiera el mantra de que la política “moderadamente restrictiva” sigue siendo adecuada y por tanto están en buena posición. Además, aquí el comunicado iba más acorde a su postura, puesto que no veíamos la declaración anterior sobre que la incertidumbre económica “había disminuido”, y mantuvieron que la incertidumbre “sigue siendo elevada”.
Los mercados no eran indiferentes ante la rueda de prensa de Powell, y si antes de su intervención ya descontaba 17 p.b. de un posible recorte en septiembre, y un total acumulado de 46 p.b. para fin de año, tras sus declaraciones, esas cifras bajaron a 11 p.b. y 39 p.b., respectivamente. También los rendimientos de los bonos del Tesoro subieron a lo largo de toda la curva, siendo este alza liderada por los bonos a 2 años, que subían en 7 p.b. hasta el 3,94% y el de 10 años subiendo 5 pb (a 4,37%). Lo cierto es que septiembre sigue siendo una posibilidad, pero ahora menor, ya que el terreno parece estar preparándose. Sólo un cambio de tono en Jackson Hole podría volver a aumentar las posibilidades de que muevan ficha en la siguiente reunión. Debemos tener en cuenta que las lecturas de inflación probablemente seguirán presionando al alza por los aranceles en los próximos meses, donde veremos un traslado de estos aún mayor, por lo que no sería descartable que esperasen a finales de años una vez las lecturas de precios vuelvan a a ser más amable y actuar con un recorte más contundente de 50 p.b. a finales de año, una estrategia que ya siguieron en 2024.