Marcel Fratzscher: «La subida de la inflación se debe en gran parte a la especulación. El BCE no podrá atajarla subiendo tipos»

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Lidia Conde (Francfort) | Entrevista a Marcel Fratzscher, (presidente del DIW -Instituto de Investigación Económica de Berlín-, que dirigió el Departamento de Análisis de Política Económica Internacional del BCE en 2008-2013) explica en la entrevista que publica Consejeros en su número de junio, que «el BCE está maniatado porque no podrá atajar el problema subiendo los tipos, ni durante este año ni el próximo», por eso «no estoy a favor de las subidas de tipos, porque estrangularán la economía. El BCE poco puede hacer ante la actual crisis de oferta«.

Ante el riesgo de inflación, ¿cómo deben compensar los gobiernos la pérdida de poder adquisitivo y cómo puede intervenir eficazmente el BCE ante la brutal crisis de oferta actual?

El mayor problema económico que tiene Alemania en este momento es la elevada inflación, que afecta mucho a las personas con menos ingresos. No obstante, el BCE está maniatado porque no podrá atajar este problema subiendo los tipos de interés, ni durante este año ni durante el próximo año. La subida de la inflación se debe en gran parte a la especulación. La inseguridad generada por la guerra refuerza esa tendencia.  Y la política tiene la responsabilidad de proteger socialmente a las personas más afectadas por las espirales de precios y transferirles dinero.

Ante esas malas perspectivas, Europa se pregunta por la posición de Berlín, por las deudas crecientes y las inversiones estatales del futuro. ¿Qué hará Alemania?

Ni Alemania, ni España ni siquiera Italia tienen problemas por elevado endeudamiento. El problema es que nuestros Gobiernos han invertido poco en apuestas de futuro como formación académica y profesional, cualificación, buenas infraestructuras, innovaciones, cambio social y, sobre todo, protección climática. Para la mayoría de los Gobiernos europeos la gran prioridad debería ser invertir en el futuro. Solo así Europa podrá seguir siendo competitiva y ser justa respecto a las futuras generaciones. Las deudas soberanas no son malas per se. Si la deuda se utiliza para incrementar el bienestar futuro y tiene una rentabilidad significativa, se pueden pagar las deudas y al mismo tiempo disfrutar de un mayor bienestar. En los últimos años Alemania ha invertido poco en formación, innovación e infraestructuras. Una política financiera inteligente impulsaría las inversiones de futuro y el crecimiento económico potencial. La clave son inversiones de calidad: clima, transformación digital y cambio social, combinadas con reglas de endeudamiento que admitan una deuda moderada.

La economía se enfrenta a un dilema: ¿política o negocios? China busca ahora la cooperación estratégica con Rusia. Las empresas alemanas también son muy dependientes de China. ¿Qué hacer cuando la dependencia es tan intensa? Cuando el 9% de las exportaciones de la rica Baden-Württemberg van a parar a China

La situación es que nos encontramos en una competencia cada vez mayor entre sistemas globales, entre EE.UU. por un lado y China por otro. Los europeos tenemos que decidir si en este orden mundial cada vez más bipolar queremos desempeñar el papel de un tercer polo independiente y si podemos serlo. Si Europa quiere proteger sus propios intereses, debemos reforzar la integración europea y posicionarnos juntos frente a China y Estados Unidos, hablando con una voz común. Pero dar ese paso significa también que debemos transferir la soberanía nacional a Europa y avanzar en importantes órganos de las instituciones europeas. En cambio, si seguimos haciendo lo mismo que hasta ahora, luchando por los intereses e iniciativas nacionales, Europa seguirá siendo débil. Y los dos gigantes, Estados Unidos y China, nos dictarán cada vez más lo que tenemos que hacer y cómo hacerlo, también desde el punto de vista económico.

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