Oren Etzioni: «Ya hemos visto la capacidad de los robots políticos para generar propaganda y discordia»

Oren Etzioni

Gustavo Matías | Entrevista a Oren Etzioni, CEO de Allen Institute for AI. Delphi es el nombre con el que han bautizado Etzioni y su equipo al primer sistema de «razonamiento moral» que es más eficaz, acierta más (92,1%) que un humano. Para ello utiliza una base de datos de 1,7 millones de de reglas que alimentan un «Commonsense Norm Bank». Llegados a este punto, a nadie ha extrañado que el pasado mes de noviembre la UNESCO se pronunciara sobre la necesaria regulación de la inteligencia artificial.

Dice la ciencia actual que, hará unos 3.500 millones de años, la vida empezó en este Planeta, justo cuando las estructuras químicas se convirtieron en biológicas y ganaron control de sí mismas, camino hacia su “consciencia”. Es algo similar a lo que acaba de suceder este 2021 con la inteligencia artificial: el primer sistema de razonamiento moral, llamado Delphi, cimentado en 1,7 millones de reglas que alimenta un banco de normas de sentido común (Commonsense Norm Bank), ha demostrado superar en eficacia o número de aciertos (92,1%) a las personas físicas.

En esencia, lo que hace la inteligencia artificial (IA) es usar los datos que se le den para buscar soluciones a los problemas planteados. La IA relaciona para ello de forma estructurada todos esos datos, función realizada por su parte más importante: los algoritmos, que los diccionarios definen como conjuntos de operaciones sistemáticas ordenadas para permitir cálculos y hallar la solución a un tipo de problemas. Pero algo en apariencia tan fácil para entender estas nuevas máquinas han renunciado a definirlo en 2021 las dos primeras regulaciones internacionales de la Inteligencia Artificial, ambas surgidas también este año, la de UNESCO de forma explícita (aprobada en noviembre por 193 países) y la de la Unión Europea, implícita, debido no solo a los problemas derivados de la aceleración del cambio tecnológico, sino también a que los principales artífices de la IA, como Oren Etzioni, se plantean aún tantas preguntas como respuestas da a esta entrevista.

La hazaña del modelo Delphi es todavía menos conocida que la del ordenador Deep Blue, de IBM, que ganó por primera vez a Kasparov, el entonces mejor ajedrecista del mundo, en 1997. Un año antes, Kasparov había salido vencedor, tras la cual se aprovecho para mejorar la máquina en el cálculo de una mínima parte de los 10 elevado a 123 movimientos posibles atribuidos a una partida típica de ese juego, muchísimos más que los átomos estimados en todo el universo (10 elevado a 81). Ahora, la empresa que ha logrado superar en cantidad al cálculo ético humano ha sido el Allen Institute, creado en 2003 con parte de su fortuna por el cofundador de Microsoft, Paul Allen, fallecido en 2018. El futuro es ahora, afirma la decena de científicos diseñadores de la máquina en el artículo académico que describe la proezas de Delphi, encabezados por Oren Eztioni, un empresario que ha realizado ventas mil millonarias, profesor emérito de la University of Washington, primer licenciado en ciencias de la computación por la más excelente de todas las universidades, Harvard, y a quien Google académico atribuye a sus 57 años más de 44.000 citas de otros científicos.

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