Así se evitaba poner una fecha límite a las compras de activos; una situación parecida a la que ocurría con los tipos de interés. Según el comunicado, el precio del dinero se mantendría “en los niveles actuales al menos hasta el verano de 2019 y, en todo caso, durante el tiempo necesario para asegurar que la evolución de la inflación se mantiene en línea con las actuales expectativas de una senda de ajuste sostenido”. De esta forma, el BCE ligaba claramente sus pasos a la inflación y evitaba encorsetar su margen de acción futuro; una situación que también se producía en el caso de las reinversiones.
Por otro lado, en consonancia con las menores compras de deuda en la zona euro, en Frankfurt se mejoraban las previsiones de inflación para la UEM desde 1,4% hasta 1,7% tanto para 2018 como 2019, repitiéndose la cifra prevista de 1,7% para el IPC de 2020. En cuanto al crecimiento, se mantenía la senda de avance del PIB en 1,9% en 2019 y 1,7% en 2020 y solo se ajustaban las cifras de 2018 de 2,4% a 2,1%. Un ajuste acorde con la incorporación de los datos “más flojos” de principios de año en la UEM y el mantenimiento de una actividad sólida en la segunda mitad del presente ejercicio.
Asimismo, el crecimiento económico de la Eurozona se deberá enfrentar a riesgos, especialmente, los vinculados con el proteccionismo. Una cuestión que también estará presente en la reunión del Eurogrupo que arrancará durante la tarde y en la que se discutirán la situación económica y las previsiones para la UEM, a la par que se tratarán las perspectivas presupuestarias para el área y los programas de post-vigilancia para España e Irlanda.
Dejando la actividad institucional a un lado, los datos más importantes los encontraremos en la producción industrial del agregado de la UEM, la cual sufrirá una recuperación en mayo impulsada por los buenos registros en países como Alemania (2,6% m.) y España (0,9% m.). Sin embargo, más interés tendrán las referencias macroeconómicas publicadas en Estados Unidos, pues pondrán en evidencia el desempeño favorable de la economía estadounidense y su crecimiento por encima del potencial.
En concreto, se darán a conocer las cifras de inflación. El IPC se situará en tasas no vistas desde el año 2012 (2,9% a.), mientras que la inflación subyacente avanzará una décima hasta 2,3% a. y ratificará que la aceleración de los precios estadounidenses no responde únicamente al reciente repunte del precio de la energía.