Edmond de Rothschild AM | En su reunión del 4 de junio en Viena, la OPEP acordó frenar la oferta en un contexto de desaceleración de la economía mundial. El recorte de 2,66 millones de b/d se prolongará hasta diciembre de 2024. Arabia Saudí también reducirá su producción en 1 millón de barriles diarios a partir de julio. Los precios del petróleo subieron tras conocerse la noticia. Por otro lado, el Banco de Canadá sorprendió a los inversores al poner fin a una pausa de cuatro meses y subir los tipos 25 pb. El Banco de Australia hizo lo mismo. Ambos bancos se mostraron preocupados por la excesiva complacencia en materia de inflación; el crecimiento económico, los mercados laborales y la inflación se han mantenido demasiado fuertes a pesar del rápido endurecimiento de la política monetaria desde el año pasado.
Los datos macroeconómicos fueron sorprendentemente resistentes a principios de 2023, pero los últimos acontecimientos han confirmado una ralentización. Las recientes caídas de los nuevos pedidos en Estados Unidos y Alemania reflejan una ralentización del sector manufacturero. Y las malas cifras comerciales de China, en particular la fuerte ralentización de las exportaciones, apuntan a una demanda mundial mediocre de productos manufacturados. En la eurozona, las ventas retail cayeron a medida que la demanda empezaba a perder fuelle. La inflación merma el poder adquisitivo y los aumentos salariales sólo han servido de apoyo parcial y tardío. Y ahora los servicios parecen frágiles. El ISM de servicios estadounidense estuvo al borde de la contracción en mayo debido a la debilidad de los datos sobre nuevos pedidos y empleo. El mercado laboral estadounidense está volviendo a la normalidad a juzgar por las solicitudes semanales de subsidio de desempleo, que fueron superiores a lo esperado. La ralentización de la demanda en EE.UU. debería favorecer una desaceleración de la inflación -las cifras se publican el martes- y ayudar a la Fed a pausar las subidas de tipos, al menos temporalmente, cuando se reúna el miércoels.
Los mercados chinos repuntaron con fuerza durante el periodo tras una fuerte corrección en mayo. El PMI de servicios de Caixin sorprendió al alza y hay esperanzas de nuevas medidas de estímulo, especialmente en sectores en crisis como el inmobiliario y el industrial. La visita del Secretario del Estado de EE.UU., Anthony Blinken, sería una señal de relajación de las tensiones geopolíticas, por lo que también sería positiva para el ánimo de los inversores.
El acuerdo sobre el techo de la deuda puede significar el fin de los escenarios pesimistas de impago, pero el Tesoro estadounidense aún necesita restaurar su base de depósitos con nuevas emisiones y eso pesará sobre la liquidez del sistema financiero. Por tanto, aconsejamos cautela en los activos de riesgo menos líquidos. Seguimos a la defensiva en nuestras asignaciones de renta variable, pero con preferencia por China. Nos sigue gustando la duración: las yields de la deuda pública son atractivos ante cualquier desaceleración de la inflación y también ofrecerían protección si la economía se ralentizara debido a una contracción gradual del crédito. Se acerca el final del ciclo monetario estadounidense, por lo que hemos aumentado la cobertura de la exposición al dólar, especialmente porque el coste frente al euro está en mínimos históricos.