Ana Racionero (Intermoney) | El tremendo “rally” del pasado viernes con motivo de la publicación de unos PMIs nada halagüeños y el consiguiente movimiento de “fly to quality” derivado de los crecientes temores a una recesión global hacía que inaugurásemos la semana con los bonos al alza y las rentabilidades a la baja, después de que el S&P viviera su peor semana desde la crisis de los bancos regionales de marzo. Una semana que abría con el Foro para bancos centrales organizado por el BCE en Sintra, en el que está previsto que participen en una mesa redonda Christine Lagarde, Jerome Powell, Kazuo Ueda y Andrew Bailey, y que habrá que seguir con atención en busca de pistas sobre la próxima evolución de la política monetaria. Otros acontecimientos a seguir esta semana son la decisión sobre tipos del Riksbank el jueves, del que se espera que aumente el tipo oficial de la corona sueca 25 pb hasta dejarlo al 3.75%; los PMI de China el viernes; los IPC provisionales de junio de Italia, Francia, España y Alemania a partir de mañana, culminando con el de la UE el jueves; y, por último, el indicador favorito de inflación de la FED, el índice de precios de los gastos de consumo personal, así como el índice subyacente, el próximo viernes.
De Guindos comentaba este fin de semana en una entrevista en el ABC que el BCE estaría en la recta final de su ciclo de endurecimiento, pero que habría que permanecer atento a los efectos de segunda ronda; que el momento exacto en el que el banco central detenga las subidas dependerá de los datos, sobre todo de la inflación subyacente, y que, si el escenario se complica, la política monetaria tendrá que actuar con más fuerza.
Mitsotakis arrasaba por una aplastante mayoría en las elecciones helenas, lo que le permitirá gobernar en solitario, y era calificado por la agencia Moody ́s como positivo para el crédito y rebajaba la rentabilidad del bono griego a 10 años 5 pb hasta el 3.55%. Cabe destacar el diferencial a su favor frente al rendimiento de su homólogo italiano, que se encuentra al 3.95%.
Pero, sin duda, lo que acumulaba todos los titulares era la rebelión perpetrada por el grupo mercenario Wagner en Rusia, que agudizaba el movimiento de “fly to quality” y encarecía el petróleo, antes de disiparse en escasas 24 horas, pero que ponía de manifiesto la creciente debilidad del presidente ruso, Vladimir Putin.
En Europa hoy conocíamos los precios de producción españoles, que en mayo descendía un 1.6% intermensual y un 6.9% interanual. El IFO cedía en junio, en el apartado de situación empresarial, del 91.7 de mayo al 88.5, frente al 90.7 esperado. La evaluación actual, si bien caía del anterior 94.8 al 93.7, mejoraba en dos décimas las estimaciones. Lo realmente preocupante era el apartado de expectativas, que se desplomaba del 88.6 al 83.6, frente al 88.1 de las encuestas, dando muestras del pesimismo respecto a la evolución de la economía alemana y reflejando su peor lectura de todo el año. El Bundesbank publicaba su informe mensual, en el que se mostraba más optimista respecto a las perspectivas a corto plazo la economía del país, aunque mantenía su cautela a medio plazo, y afirmaba que la actividad económica probablemente habría crecido en el segundo trimestre tras la recesión del invierno. Por otro lado, una auditoría ponía de manifiesto que el banco central alemán podría necesitar una inyección de dinero público para cubrir las pérdidas de los bonos adquiridos en el marco del QE.
En el Reino Unido, las ventas declaradas totales CBO también decepcionaban, con un -12. Las declaradas minoristas subían tímidamente del -10 de mayo al -9, empeorando el -8 estimado.
A pesar de que China fijaba su tipo de referencia diario en un nivel más fuerte de lo esperado para frenar su caída, el yuan caía a mínimos de siete meses, ya que el pesimismo sobre la recuperación económica sigue lastrando el ánimo. El yen, por el contrario, se fortalecía después de que Masato Kanda, viceministro de finanzas internacionales, reiterara que no se descarta ninguna opción para gestionar las divisas, anticipando una próxima intervención que parece bastante probable si el USDJPY se va a niveles de 145-150.