Ana Racionero (Intermoney) | Las malas perspectivas reflejadas en el IFO provocaban ayer otro “rally” de bonos por segundo día consecutivo e invertían la curva 2s10s alemana, que ya se encontraba en máximos de inversión desde 1992, en otros 3 pb adicionales. El miembro lituano del BCE, Geminidas Simkus, decía que sería necesaria al menos una subida suplementaria. Gita Gopinath, subdirectora gerente del FMI, advertía al BCE y al resto de bancos centrales de la necesidad de continuar elevando los tipos de interés. Las bolsas vivían una sesión agitada tras su peor semana desde marzo, y JP Morgan pronosticaba un traspaso por parte de los fondos de la renta variable a la fija antes del reequilibrio de cartera de fin de mes y de trimestre que podría suponer entre un 3% y un 5% de las recientes ganancias de las bolsas.
Las bolsas asiáticas se beneficiaban hoy de la mejora del sentimiento respecto China tras el impulso que recibía el yuan cuando el BPC establecía nuevamente un tipo de referencia diario superior al previsto por segundo día consecutivo, debilitando de paso al USD. El primer ministro chino declaraba esperar un crecimiento económico en el segundo trimestre mayor que en el primero, y afirmaba que el país estaría en vías de alcanzar su objetivo de crecimiento del 5% para 2023 establecido a principios de año. También prometía que se pondrían en marcha más medidas de apoyo, lo que asimismo se sumaba a la mejora de las perspectivas y llegaba a elevar el WTI hasta los 70 USD por barril. La futura visita de Yellen a China en el mes de julio contribuía también a mejorar el ánimo respecto a la distensión en las relaciones entre ambas potencias. El yen también se seguía apreciando, ya que el ministro de finanzas nipón se reafirmaba en que las autoridades monetarias responderán a los movimientos excesivos del mercado de divisas. La reelección por un año de Masato Kanda como viceministro de finanzas internacionales jugaba a favor de la divisa.
En Europa abría los titulares Kazak, del BCE, quien, en una entrevista a Bloomberg TV, decía que una subida en julio no sería el final del ciclo de tipos, y que una pausa en los tipos no significaría un parón; que los riesgos de hacer demasiado poco superarían a los de hacer demasiado, por lo que sería mejor seguir subiendo gradualmente, con cautela; y que los mercados serían demasiado optimistas al predecir recortes de tipos, ya que, para eso, la inflación debería situarse sistemáticamente por debajo del 2%, y que “de ninguna manera” se recortarían en la primera mitad de 2024. En relación con la reducción del balance del banco central, afirmaba que hasta ahora todo habría ido bien.
Lagarde, por su parte, decía desde la reunión de bancos centrales en Sintra que el BCE probablemente no podrá declarar pronto el final de su histórico ciclo de subidas de tipos de interés; que continuarán subiéndolos en julio; y, finalmente, que tendrán que conseguir unos tipos suficientemente restrictivos y evitar las expectativas de cambios de política demasiado rápidos.
A su vez, SImkus también afirmaba que no habrían concluido con las subidas de tipos, y que tendrían que mantenerlos en niveles restrictivos hasta alcanzar el objetivo del 2%; que seguiría sorprendiendo la rigidez del mercado laboral, y que, aunque sería demasiado pronto para afirmar si habrá una subida en septiembre, no se debería descartar.
En cuanto a cifras, la confianza del consumidor italiana subía, con un 108.6, por encima de las encuestas, mientras que, por el contrario, la manufacturera descendía más de lo previsto hasta el 100.3. El sentimiento económico retrocedía ligeramente al 108.3.
La agencia federal de finanzas alemana publicaba su plan de venta de deuda para el tercer trimestre, en virtud del cual reducirá la venta de bonos en 4000 millones de euros y la de letras en 10000 millones de euros. También anunciaba una nueva venta de bonos verdes federales para el 30 de agosto.
Las bolsas europeas se contagiaban de la mejora del ánimo en la sesión asiática y ponían fin a una semana de pérdidas, lideradas por los valores mineros e inmobiliarios, los primeros, como es lógico, amparados por las mejores perspectivas sobre la recuperación china.
En el Reino Unido, el índice de precios BRC descendía en junio del anterior 9.0%, su nivel máximo, al 8.4%, y la inflación de los precios de los alimentos se reducía por segundo mes consecutivo hasta un 14.6%. Con todo y con eso, los economistas de Bloomberg prevén que el BOE lleve al Reino Unido a una recesión a finales de año.
E.E. U.U. publicaba una batería de datos, comenzando por unas órdenes de bienes duraderos que sorprendían al alza con un incremento en mayo del 1.7% frente al -0.9% esperado, y sin transportación, del anterior -0.3% ascendían al 0.6% en lugar de estancarse como preveían las encuestas. El índice de precios de viviendas también superaba en abril las previsiones, aunque lo realmente sorprendente eran las ventas de nuevas viviendas, que en mayo se incrementaban un 12.2%. La confianza del consumidor del “Conference Board” se elevaba hasta el 109.7, frente al 104.0 esperado., y las expectativas escalaban hasta un 79.3 desde el anterior 71.5. El índice manufacturero de la FED de Richmond pasaba en junio del -15 al -7, vs -12, y las condiciones empresariales, del -17 al -12. Por último, la actividad de servicios de la FED de Dallas subía al -8.2 desde el -17.3. Estas formidables cifras provocaban fuertes ventas de bonos, y, dado que el foco está ahora puesto en la recesión, las bolsas celebraban estos estos datos tan positivos con compras, lideradas por las tecnológicas, ya que la economía americana está mostrando una resiliencia extraordinaria frente al implacable aumento de los tipos.