La Fata Morgana o cómo los mercados ignoran que el mayor riesgo para 2023 reside en sobrestimar el crecimiento económico

Fenómeno atmosférico llamado Fata Morgana

Joan Bonet Majó (Banca March) | En algunas ocasiones, cuando los rayos del sol inciden sobre el agua del mar y existe una gran diferencia de temperaturas, se produce una refracción óptica que genera anomalías visuales. Este efecto, que a veces, nos puede llevar incluso a percibir que algún barco es capaz de «volar» varios metros por encima del horizonte, se llama Fata Morgana.

¿Es este efusivo arranque de 2023, en el que las bolsas globales suman más de un 7% y los bonos acumulan su mayor revalorización desde 1974, un espejismo? Tras atravesar el proceso inflacionista más severo y la subsiguiente mayor retirada de estímulos de los Bancos Centrales e los últimos 50 años, ¿será posible evitar la recesión y conseguir un aterrizaje suave de la economía?

Ciertamemte, la inflación comienza a dar un respiro y las noticias son progresivamente mejores. A la moderación de los precios que se inició en junio en EEUU- tasa general del 9,1% frente al 6,5% actual-, le ha seguido la tasa subyacente- ahora en el 5,7%. En Europa, la reducción va más lenta-la última cifra es del 9,2%- pero llevamos ya dos meses de desaceleración.

Esta circunstancia nos acerca al final de los tipos de interés por parte de las autoridades monetarias.

Estos dos factores y la ausencia de un drástico deterioro de la macroeconomía están generando «ilusión»: el PIB USA cerró el 4T con una subida del 2,9%, Europa sufre un invierno anormalmente cálido que le permite mantener las reservas de gas elevadas y China reabre su aeconomía.

Por el momento, los mercados prefieren ignorar que el mayor riesgo para 2023 reside en sobrestimar el crecimiento económico y que, en el pasado, los Bancos Centrales difícilmente han conseguido estirar los ciclos tras concluir con las alzas de los tipos de interés. Sólo fue posible en 1995 y 1984, un 22% de las veces. Lo normal es que las pausas de los tipos de interés, vengan las primeras bajadas-unos 5 meses más tarde en promedio-. En la mayor parte de ocasiones el recorte de los intereses suele ser un buen preludio de recesión- que históricamente ha llegado entre 2 y 14 meses más tarde.-