James Bilson, estratega del equipo de renta fija de Schroders | Aunque todavía tiene que ser aprobado, el último anuncio por parte de Alemania para modificar estructuralmente las perspectivas de su política fiscal tiene una intención muy clara. El paquete de medidas es enorme y ha cogido a los mercados por sorpresa. El Canciller electo Merz ha anunciado su intención de crear un fondo de infraestructuras de 500.000 millones de euros, repartidos entre gasto federal y local. Incluso a diez años vista, esto supone un importante impulso fiscal que podría superar el 1% del PIB anual[1].
También se ha anunciado la exención de los gastos de defensa superiores al 1% del PIB del freno constitucional de la deuda (que actualmente está fijado en un déficit estructural del 0,35% del PIB) y la autorización a los gobiernos estatales y locales para que también registren déficits estructurales del 0,35% del PIB (desde el 0 actual). En conjunto, aunque parte de este plan se modifique durante la fase de aplicación, está claro que el cambio de política es de gran alcance.
Como uno de los miembros más activos de la eurozona en materia de política fiscal, consideramos que este cambio no sólo es importante para Alemania, sino que también allana el camino para un mayor impulso por parte de otros países de la región, especialmente en lo que respecta al gasto en defensa, dadas las cambiantes prioridades geopolíticas. Dicho de otro modo, ahora será mucho más difícil -y parece mucho menos probable que quieran- que Alemania bloquee una política fiscal más flexible en todo el continente.
Este anuncio ha cogido a los mercados por sorpresa y los movimientos ya se han hecho notar. Pero dada la magnitud del cambio de perspectivas, creemos que hay margen para que este tema siga impulsando los mercados, con una mejora significativa de las perspectivas de crecimiento a medio plazo para Alemania. Además de tener implicaciones para los sectores que más probablemente se beneficiarán del aumento del gasto fiscal, creemos que esto llevará a que los bunds alemanes registren una rentabilidad inferior de forma continuada, y a una mejor valoración de las perspectivas del euro a medida que la divergencia fiscal entre EE.UU. y Europa avanza hacia la convergencia.
[1] El PIB alemán es de algo más de 4 billones de euros. Fuente: Datos económicos clave de Alemania – KPMG en Alemania.