Los inversores están ahora cada vez más preocupados por una desaceleración económica que por la inflación

Edmond de Rothschild | Australia y Canadá sorprendieron después de que la inflación se situara por encima de lo esperado. Las expectativas de los mercados de renta fija cambiaron inmediatamente: en Australia, los mercados ven ahora como una posibilidad una última subida de tipos, mientras que se espera que Canadá, que inició un movimiento de recorte de tipos el pasado 4 de junio, proceda con más cautela. La inflación de Canadá parece deberse esencialmente al repunte de los alquileres. Los demás componentes parecen confirmar el retroceso de la inflación.

Tras las noticias de Canadá y Australia, las yieldsde los bonos en Estados Unidos también subieron, pasando del 4,21% antes de los PMI, al 4,35% el viernes pasado. El repunte se debió en un 66% a los tipos nominales, es decir, a las expectativas ex inflación, ya que los tipos reales sólo subieron del 1,96% al 2,01%. Por su parte, la desinflación en EE.UU. parece estar afianzándose: el IPC subyacente a 1 y 12 meses está muy cerca del objetivo de la Reserva Federal y las subidas salariales tienden hacia un 3-3,5% estándar. La subida del dólar también ha contribuido a reducir la inflación al hacer más asequibles las importaciones. Según los datos revisados del PIB del primer trimestre, el consumo, principal motor del crecimiento estadounidense, parece menos resistente de lo que se pensaba inicialmente. La debilidad del consumo debería continuar en el segundo trimestre, ya que los altos tipos encarecen cada vez más la compra de bienes a crédito. Los comentarios de Mary Daly (Fed de San Francisco) y Austen Goolsbee (Fed de Chicago) insistieron en el doble mandato de la Fed (máximo empleo y precios estables) ante el riesgo de que el desempleo siga aumentando.

Los inversores están ahora cada vez más preocupados por una desaceleración económica que por la inflación, por lo que la renta fija parece gradualmente más atractiva para las carteras diversificadas. Esto es especialmente cierto en Europa, donde los acontecimientos de este mes en Francia han demostrado que los mercados de renta fija pueden ser una cobertura contra el riesgo político. Se espera que el BCE continúe con su ciclo de bajada de tipos. Olli Rehn, gobernador del banco central de Finlandia y más conservador que otros, apuesta por dos recortes de tipos del BCE. En consecuencia, hemos reforzado nuestra exposición a la renta fija pero seguimos manteniéndonos alejados de la deuda pública francesa. Nuestro modelo interno de calificación, que integra criterios financieros y ESG, sugiere que parecen caros en comparación con otros bonos de países europeos. Lo cierto es que la situación financiera de Francia justifica una calificación A en lugar de la actual AA. La estabilidad política y los bajos costes de financiación eran considerados hasta ahora como puntos a favor por las agencias de calificación. Estas agencias también esperan que París reduzca su déficit en 2025 en 20.000 millones de euros, una promesa del actual Gobierno. Incluso si las elecciones parlamentarias dieran como resultado una mayoría centrista o ninguna mayoría en absoluto -ninguna de las dos configuraciones garantizaría la promesa- pensamos que cualquier endurecimiento del diferencial OAT-Bund se limitaría a alrededor del nivel de 60 puntos básicos. Y con una mayoría inestable, siempre existiría el riesgo de otras elecciones al cabo de un año. Sin embargo, si la Agrupación Nacional (RN) o el izquierdista Nouveau Front Populaire (NFP) formaran un gobierno, el diferencial podría ampliarse hacia los 100 pb. La situación podría calmarse después, pero probablemente sólo tras las discusiones presupuestarias con la UE en otoño. El RN quiere reducir la contribución de Francia al presupuesto europeo en 2.000 millones de euros y el NFP tiene intención de incumplir las normas presupuestarias, por lo que cabe esperar volatilidad. Mantenemos la cautela sobre la deuda pública francesa y la infraponderamos a la espera de un mejor nivel de compra.

En cuanto a la renta variable, seguimos neutrales a la espera de mejores oportunidades de compra. El periodo previo a la temporada de resultados suele ser volátil debido a la posibilidad de advertencias de beneficios y las recompras de acciones han quedado en suspenso.