El mercado laboral estadounidense no se está debilitando, sino que se está normalizando

Greg Meier

Greg Meier (Allianz GI) | Cuando se trata de datos económicos, a veces puede resultar algo complicado distinguir el “ruido” de la “señal”. A diario, recibimos muchos emails con informes y datos: en algunos, la recesión parece ser inminente y demasiado obvia. En otros, un «aterrizaje suave» parece, sin duda, el escenario más probable.

Pero, ¿qué es ruido y qué es señal? Ni siquiera los mejores banqueros centrales del mundo son capaces de interpretar los factores que impulsan el crecimiento en un momento dado. Y, para más INRI, las consecuencias de la Covid-19 no facilitan dicha tarea.

Hay que tener en cuenta que en la historia moderna de EE.UU. no existen registros de una crisis provocada por una pandemia: La Covid-19 es el único caso en el que se ha producido un parón total de la economía durante un mes, según las estadísticas trimestrales del gobierno a partir de 1947.

Del mismo modo, tampoco hay ejemplos claros de los billones de dólares en «exceso de ahorro» que las familias generaron debido a que no podían gastar durante la pandemia, mientras que el Gobierno emitía medidas de estímulo. Y lo que es más importante, tampoco hay ejemplos anteriores de los millones de trabajadores que se jubilan antes de lo previsto.

Por otro lado, es cierto que, a medida que va pasando el tiempo, vamos olvidando lo inusuales que fueron los primeros días de la Covid-19. Sin embargo, sus repercusiones aún se notan en el sistema. Así pues, es por esto por lo que los datos macroeconómicos han resultado a veces confusos y por lo que las referencias históricas tampoco han funcionado en esta ocasión.

El mercado laboral estadounidense es un buen ejemplo. Es fácil interpretar la desaceleración actual de la contratación como una señal de que las empresas necesitan menos trabajadores. De ser cierto, podría indicar que el gasto de los consumidores es menor, e incluso una recesión en 2024.

Sin embargo, esta interpretación no tiene en cuenta cómo la pandemia ha reajustado la mano de obra estadounidense. Sí, es cierto que la media de tres meses de aumento de las nóminas ha caído de más de 400.000 a mediados de 2022 a 165.000, en la actualidad. Sin embargo, las ofertas de empleo siguen siendo altas, las solicitudes semanales de ayuda por desempleo siguen siendo reducidas, los trabajadores continúan afirmando que es fácil encontrar trabajo y las compañías siguen sin poder cubrir los puestos vacantes. (Véase nuestro gráfico de la semana).

Todo ello sugiere que la contratación se ha ralentizado, en parte, porque no hay suficientes trabajadores para satisfacer la demanda. También significa que, si el mercado laboral sigue relajándose gradualmente en 2024, la desinflación sostenida de los salarios y el consumo podría permitir a la Fed recortar los tipos. Esto no es necesariamente un telón de fondo negativo para el crecimiento de EE.UU., y además puede tener implicaciones a escala mundial para las divisas y las políticas de los bancos centrales de Europa y Asia.