El clima y la demografía, principales riesgos a largo plazo de la deuda soberana de la UE, a la que añadirían 21 pp y 5 pp, respectivamente

Pensiones

Thibault Vasse, Hazem Krichene y Arne Platteau (Scope Ratings) | Los riesgos climáticos y el cambio demográfico se encuentran entre los retos estructurales más importantes a los que se enfrentarán los estados soberanos en las próximas décadas y deben entenderse e integrarse eficazmente en la valoración del crédito soberano.

El envejecimiento de la población supone el mayor desafío, ya que podría aumentar la deuda pública hasta 21 puntos porcentuales del PIB de media en los países de la UE. El impacto climático de una transición «desordenada» podría conducir a un nuevo aumento de la deuda pública de alrededor de 5 puntos porcentuales del PIB de media, por encima del impacto estimado en los escenarios «ordenado» (1 punto porcentual) o «invernadero» (3 puntos porcentuales).

Las repercusiones del clima y la demografía en la deuda son cruciales para evaluar el riesgo soberano a largo plazo

Por un lado, el calentamiento global ha provocado unos cambios rápidos y generalizados en el clima. Por otro lado, la necesaria reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) tendrá profundas implicaciones económicas.

Del mismo modo, el envejecimiento de la población repercute profundamente en el crecimiento y las perspectivas fiscales de los países. Incorporar los factores climáticos y demográficos a través de horizontes temporales más largos para el análisis de la sostenibilidad de la deuda es fundamental para determinar adecuadamente la importancia de estos factores para el riesgo a largo plazo de la deuda soberana.

Las repercusiones a largo plazo varían mucho en la UE

Teniendo en cuenta todo esto, los estudios de Scope muestran que los datos medios de la UE ocultan grandes diferencias regionales. El impacto del envejecimiento de la población supera al de los riesgos climáticos en la mayoría de los países, con la excepción de Estonia, Grecia, Francia, Letonia, Finlandia y Suecia, donde los costes relacionados con la edad no aumentarán mucho en las próximas décadas.

Las pérdidas del PIB relacionadas con el clima reflejan, sobre todo, los riesgos de transición y son más elevadas en los países del sur, del norte y del oeste, mientras que los países del este y del Báltico parecen más protegidos. Estas diferencias reflejan tanto los distintos niveles de intensidad de carbono como la ambición climática, con reducciones de emisiones más (menos) estrictas que normalmente se asumen en los modelos de la NGFS (Red para la Ecologización del Sistema Financiero, por sus siglas en inglés) para los países de ingresos más (menos) altos.

La dinámica de la deuda subyacente de la región oriental y báltica de la UE es la más débil, debido a las expectativas de déficits estructurales persistentes y al debilitamiento del crecimiento a medida que los niveles de renta convergen con los de otros países de la UE. Según el escenario «benigno» de Scope, el ratio medio de deuda alcanzará el 67% en 2050, lo que supone un aumento de más de 20 puntos porcentuales con respecto a 2022. La región también se enfrenta al mayor aumento de los costes relacionados con la edad, lo que situará el ratio medio de deuda en una trayectoria claramente ascendente, alcanzando el 91% del PIB en 2050 en el escenario de «envejecimiento» de la población.