De cómo evolucione la economía en Europa en los próximos meses va a depender en gran medida el comportamiento de los mercados

Índice Eurostoxx

Juan J. Fdez-Figares (Link Securities) | Una vez transcurridas las tres primeras semanas del año, la principal conclusión que podemos extraer del comportamiento de las bolsas europeas y estadounidenses es que las segundas se han desmarcado claramente de las primeras, presentando a estas alturas de ejercicio sensibles avances, mientras que las segundas están todas ellas en negativo. Así, impulsados por los valores tecnológicos, especialmente por los relacionados directamente con la inteligencia artificial (IA), tanto el Dow Jones como el S&P 500, en este caso por primera vez desde enero de 2022, cerraron el viernes en máximos históricos, desmarcándose una vez más de los principales índices europeos, que terminaron el día y la semana nuevamente con pérdidas.

Si bien parte de este desacople entre los mercados de renta variable de ambas regiones se puede explicar por el mayor peso relativo que en los índices estadounidense tiene el sector tecnológico, no creemos que sea ésta la única razón. Así, y mientras que la economía de Estados Unidos se está mostrando mucho más resistente a la alta inflación y a los elevados tipos de interés de lo en principio esperado, las principales economías europeas están todas o estancadas o a punto de entrar en recesión, algo que se terminará reflejando en los resultados de las compañías más expuestas a la región, lo que entendemos que comienzan ya a descontar los inversores. Además, la debilidad de la economía de China, economía a la que las grandes empresas europeas están mucho más expuestas que las multinacionales estadounidenses, ayuda muy poco en este sentido. Todo ello creemos que justifica el peor comportamiento relativo de estos mercados con relación al estadounidense. De cómo evolucione la economía en Europa en los próximos meses va a depender en gran medida el comportamiento de los mercados de renta variable de la región.

Además, no parece que los bancos centrales estén por la labor de ayudar, al menos por el momento, más preocupados de contener la inflación que del crecimiento económico. En este sentido, cabe señalar que la fortaleza que vienen mostrando los mercados laborales europeos y estadounidense creemos que permitirán a estos organismos retrasar el inicio del proceso de bajadas de tipos, al menos hasta el final del 2T2024, salvo que la inflación sorprenda a la baja y se comporte mucho mejor de lo en principio proyectado.

Hasta entonces, creemos que el comportamiento de las bolsas seguirá marcado por la macroeconomía y, en mucha menor medida, por las expectativas de resultados de las cotizadas. En este sentido, cabe destacar que la semana que hoy comienza presenta una agenda macroeconómica muy intensa, en la que destacaríamos, sobre todo, la publicación el miércoles de las lecturas preliminares de enero de los índices de gestores de compra de los sectores de las manufacturas y de los servicios, los PMIs que elabora S&P Global, que esperamos confirmen lo señalado anteriormente: que la actividad privada de Estados Unidos sigue mostrándose resistente, mientras que la de las principales economías europeas continúa contrayéndose. Además, el jueves se dará a conocer en Estados Unidos la primera estimación del PIB del 4T2023, que se espera haya crecido a un ritmo anualizado del 1,5%, mientras que el viernes, y en este mismo país, junto con las cifras de ingresos y gastos personales de diciembre se publicará el índice de precios del consumo personal, el PCE, que es la variable de precios más seguida por la Reserva Federal (Fed), que establece su objetivo de inflación con relación al mismo.

Pero la gran cita de la semana será la reunión del Consejo de Gobierno del BCE, que se celebrará el jueves y en la que, en principio, se espera que la institución mantenga todos sus tipos de interés de referencia sin cambios. No obstante, será muy relevante escuchar lo que diga la presidenta del BCE, la francesa Christine Lagarde, en la rueda de prensa posterior al Consejo, sobre todo en lo que hace referencia al estado por el que atraviesa la economía de la Eurozona, sobre la evolución prevista de la inflación y sobre posibles movimientos a futuro de la política monetaria del organismo.

La semana, además, presenta una agenda empresarial atractiva, ya que tanto en Wall Street como en las principales plazas bursátiles europeas comienza a coger ritmo la temporada de publicación de resultados trimestrales. Así, en la bolsa española el jueves 25 dará a conocer sus resultados correspondientes al 4T2023 y al conjunto del 2023 Bankinter (BKT), inaugurando de forma oficiosa la temporada de publicación de resultados en este mercado. Además, esta semana en las distintas plazas europeas publicarán sus cifras trimestrales o avances de las mismas compañías de la relevancia en sus sectores de actividad como ASML Holding (ASML-NA), LM Ericsson (ERIC.B-SE), LVMH (MC-FP), Nokia (NOKIA-FI) y SAP (SAP-DE). En Wall Street, por su parte, lo harán compañías como Tesla (TSLA-US), AT&T (T-US), Johnson & Johnson (JNJ-US), Visa (V-US), General Electric (GE-US) o Intel (INTL-US). Como advertimos siempre, tan importante como las cifras que den a conocer las compañías será lo que digan sus gestores sobre el devenir de sus negocios y sobre cómo ven el escenario macroeconómico al que se deberán enfrentar sus empresas.

Para empezar la semana, esperamos que hoy los principales índices bursátiles europeos abran al alza, intentando de esta forma seguir la estela de Wall Street y de la bolsa japonesa, cuyo principal índice, el Nikkei, ha cerrado esta madrugada a su nivel más elevado desde febrero de 1990. No ha ocurrido lo mismo en las bolsas chinas, cuyos principales índices siguen “penando” en un ambiente de grandes dudas sobre la intensidad de los estímulos fiscales y monetarios que están dispuestos a implementar las autoridades de la región. Por lo demás, señalar que esta madrugada el dólar viene estable, al igual que los bonos, mientras que el precio del crudo cede algo de terreno, mostrándose incapaz de acercarse al nivel psicológico de los 80 dólares el barril.