Paolo Zanghieri (Generali Investments) | La semana pasada entró en vigor un arancel del 50% sobre el acero y el aluminio, y Trump y Xi, de China, hicieron un llamamiento para aliviar las tensiones. Las conversaciones con la UE acaban de comenzar. Esperamos que el impacto de los aranceles no se haga visible en datos concretos hasta las cifras de mayo (que se publicarán en la segunda mitad del mes), con algunos posibles retrasos en la inflación, ya que la gran acumulación de existencias del primer trimestre permitirá a las empresas suavizar las subidas de precios.
Sin embargo, las encuestas de coyuntura muestran cada vez más temores de estanflación. El aumento de los precios pagados por los fabricantes se confirmó en el último ISM, pero la aceleración del índice de los servicios muestra que la preocupación por la inflación se está generalizando. Al mismo tiempo, los nuevos pedidos han disminuido considerablemente en ambos sectores, ya que la incertidumbre política enturbia las decisiones de inversión y planificación. El mercado laboral envía señales contradictorias, con una ralentización de la creación de empleo, aunque por encima del consenso, pero al mismo tiempo con un aumento de las solicitudes iniciales de subsidio hasta un máximo de 7 meses (247.000).
Ante los sombríos sondeos que, sin embargo, en el pasado han exagerado la debilidad económica y retrasado la evidencia de los datos duros, la Fed mantendrá su postura durante más tiempo, incl. en su. 17-18 de junio. No esperamos grandes cambios en las perspectivas ni en la senda adecuada para los tipos. Por el momento, mantenemos nuestra previsión de dos recortes más este año (septiembre/diciembre) y otros dos en el primer semestre de 2026, situando el tipo de interés oficial en el 3,25%-3,5%. Sin embargo, como no esperamos un desplome de la actividad, los riesgos se inclinan hacia una reanudación tardía de los recortes de tipos.