La prima de riesgo francesa, consecuencia de la incertidumbre

Julien Tisserand

Julien Tisserand (Edmond de Rothschild AM) | Los diferenciales de la Europa periférica con respecto a Alemania se han reducido desde el máximo alcanzado a mediados de 2022, hasta el extremo inferior de su intervalo posterior a la pandemia, sobre todo gracias a unas perspectivas de crecimiento sólidas y a unas métricas crediticias decentes, especialmente en comparación con algunos países semicéntricos (como Francia y Bélgica).

Estos países se benefician sobre todo de la fuerte recuperación del turismo tras la pandemia y de la ayuda del Fondo de Recuperación de la UE (en forma de subvenciones y préstamos). Dependiendo del país periférico, la ayuda monetaria del Fondo de Recuperación de la UE representa entre el 3% y el 9% del PIB desembolsado a lo largo de cinco años.

Lo anterior ayuda a explicar unos mejores resultados económicos en comparación con otros países de la eurozona y el relativo estrechamiento del diferencial con el bund alemán. Las agencias de calificación han seguido el ejemplo y han mejorado su calificación/perspectiva más positivamente para estos países, reduciendo la prima de riesgo que los inversores exigen para poseer la deuda. Esperamos que la tendencia continúe en los próximos meses, mientras que la prima de riesgo debería seguir siendo más elevada para Francia.

De hecho, las elecciones parlamentarias francesas del pasado mes de junio han dado como resultado un parlamento fragmentado con poco apetito de compromiso por parte de los partidos políticos. El Gobierno del primer ministro Barnier ha anunciado un plan de reducción del déficit de 60.000 millones de euros que aún está pendiente de aprobación. Esperamos que los debates sobre el presupuesto de 2025 sigan siendo tensos y acaben desembocando en una aprobación forzosa en virtud del artículo 49.3 de la Constitución. No se debatirán ni podrán aprobarse reformas estructurales con un parlamento así a medio plazo, lo que debilitará de forma duradera la credibilidad fiscal del país. El diferencial con el bund alemán a 10 años debería seguir siendo más elevado que en el pasado (entre 55 y 80 pb), pero no esperamos un deterioro más acusado a menos que caiga el Gobierno, lo que por ahora es poco probable.