Qué esperar de las elecciones estadounidenses: cuatro escenarios

Paul Diggle

Paul Diggle (abrdn) | Enmarcamos nuestros escenarios electorales estadounidenses en torno a la respuesta a tres preguntas interrelacionadas: ¿quién ganará las elecciones presidenciales? ¿Cuál será el reparto del Congreso? Y si gana Trump, ¿qué políticas caracterizarán su segundo mandato? Nuestra lectura actual de las encuestas nos lleva a pensar que Trump es el favorito. Fijamos las probabilidades en un 55% para Trump y un 45% para Biden. 

Estos escenarios no son puntos de vista partidistas por nuestra parte, sino que se basan en nuestra lectura de las encuestas, las agendas políticas tal y como se han articulado hasta ahora y la experiencia de los anteriores mandatos de Biden y Trump. 

Es probable que el resultado del Congreso esté fuertemente condicionado por el resultado de las presidenciales.

En el supuesto de que Biden gane, es más probable que los demócratas se hagan con la Cámara de Representantes e incluso tengan posibilidades de mantener el Senado. Con o sin control unificado del Congreso, parece probable que un segundo mandato de Biden se caracterice por la continuidad política. Así que ponemos en el escenario macro «Bidenomics» el 45% de probabilidades de que Biden gane.   

Una victoria de Trump aumentaría las posibilidades de los republicanos de mantener la Cámara de Representantes y casi con toda seguridad se harían con el Senado. Las implicaciones macroeconómicas de un segundo mandato de Trump dependerán de la composición del Congreso y de las áreas políticas y el estilo de gobierno que Trump enfatice. 

Estas incertidumbres son la razón por la que hemos dividido la probabilidad del 55% que ocupa la victoria de Trump en la presidencia en tres escenarios, en función de la combinación de políticas comerciales, fiscales y de otro tipo: Trump guerra comercial 2.0; un Trump «all-in» que persigue su agenda completa a través de la política comercial, fiscal y regulatoria; y un escenario en el que Trump se centra en los recortes de impuestos y la desregulación. 

En caso de victoria de Trump, los diferentes aspectos de su agenda podrían exponerse en diferentes momentos. Los mercados pueden valorar los diferentes resultados a lo largo del tiempo, a medida que se revela la combinación precisa de políticas. Algunos aspectos de esa agenda podrían apoyar a los mercados de riesgo, pero otros aspectos podrían lastrar el apetito por el riesgo.  

Escenarios 

Esbozamos cuatro escenarios para las elecciones: uno en el que Biden gana y continúa el enfoque de su primer mandato, y tres variantes de una presidencia de Trump en función de la combinación de políticas. 

  • En primer lugar, un Trump centrado en la guerra comercial, con un 30% de probabilidad. Un Congreso dividido podría verle persiguiendo aquellos aspectos posibles de su agenda mediante una orden ejecutiva, aumentando drásticamente los aranceles. Esto presionaría al alza la inflación, a la baja el crecimiento y ralentizaría o paralizaría la relajación monetaria. 
  • En segundo lugar, con un 15% de probabilidad, un escenario marcado por un Trump “a por todas» que combinaría medidas comerciales con recortes fiscales y un mayor gasto bajo un Congreso unificado. Esto probablemente provocaría una importante volatilidad en los mercados. 
  • Y, en tercer lugar, un Trump respetuoso con el mercado centrado en recortes fiscales, desregulación y el nombramiento de figuras del establishment, con un 10% de probabilidad. La economía y los mercados de riesgo podrían tener un buen comportamiento. 
  • En cambio, sabemos a grandes rasgos lo que significaría en términos macroeconómicos un segundo mandato de Biden: la «Bidenonomía», probablemente acorralada por un Congreso dividido. 
  • Este escenario económico recoge la totalidad del 45% de probabilidad de una victoria de Biden, lo que lo convierte en el resultado más probable y el que utilizamos para determinar nuestra base de referencia. Implica un aumento de los aranceles específicos y ningún cambio en el gasto discrecional en términos reales. Las consideraciones cíclicas en torno al crecimiento y la inflación dominarán las perspectivas.