Marco Busca (Generali AM) | Desde un punto de vista técnico, un fondo de fondos es un producto relativamente sencillo. Suele adoptar la forma de un fondo cerrado o evergreen estructurado como un vehículo de inversión alternativo en lugar de un OICVM (organismo de inversión colectiva en valores mobiliarios o UCITS por sus siglas en inglés). En lugar de invertir directamente en activos como préstamos o acciones, mantiene una cartera de participaciones en fondos. La Deuda Indirecta es la actividad de selección y gestión de fondos de fondos en el espacio de la deuda privada.
Este producto ofrece claras ventajas, en particular para los inversores con capital, tiempo o recursos internos limitados para la selección de inversiones. Un fondo de fondos constituye una alternativa rentable a la contratación de un asesor de inversiones, al tiempo que ofrece una amplia diversificación y mitiga los efectos de la curva en J. Además, debido a la mayor escala de sus inversiones en comparación con los pequeños inversores individuales, un fondo de fondos puede lograr importantes economías de escala.
Los fondos que obtienen capital de inversores institucionales han sustituido cada vez más a los bancos en la financiación de activos reales, tanto tangibles (como buques, aviones y plantas industriales) como intangibles (como cánones, cuentas por cobrar y causas judiciales). Las ventajas son la baja correlación, la corta duración y una cobertura natural contra la inflación.
Otra oportunidad, pero también un reto importante, es la tendencia a la democratización de los mercados privados. Si bien apoyo la innovación y la difusión de productos de crédito privado semilíquidos accesibles a las redes de gestión de patrimonios y minoristas, es crucial divulgar adecuadamente las características de liquidez para evitar importantes tensiones de liquidez en caso de dislocación repentina del mercado.
Otra tendencia que aprovecharemos para nuestros productos es la de los créditos privados secundarios. Los descuentos observados en los últimos años hacen que esta clase de activos resulte muy atractiva para los inversores, con rentabilidades cercanas al 15%. Esta tendencia pasará de ser un fenómeno temporal, impulsado por situaciones de tensión de vendedores concretos, a convertirse en un flujo consolidado a lo largo del tiempo.
Este poder de negociación permite obtener descuentos sustanciales en las comisiones de gestión con los gestores de los fondos subyacentes, lo que compensa con creces los costes asociados a la propia estructura del fondo de fondos.
La deuda privada es un mercado que surgió como la última clase de activos dentro de los activos privados tras la Gran Crisis Financiera, operando inicialmente a la sombra del Capital Inversión.
Sin embargo, en la actualidad ha crecido hasta superar los 1,6 billones de dólares en activos gestionados, sorteando con éxito los retos de la pandemia y demostrando su resistencia durante los últimos años de tensión en los mercados y subida de los tipos básicos.
Los inversores institucionales han aumentado de forma gradual pero constante sus volúmenes de inversión en deuda privada durante la última década, impulsados por varios factores de peso.
- En primer lugar, la prima de iliquidez, que se sitúa aproximadamente 300 puntos básicos por encima del crédito tradicional.
- En segundo lugar, la protección intrínseca frente a las fluctuaciones de los tipos de interés, ya que la mayoría de los préstamos de esta clase de activos presentan cupones de tipo variable.
- Por último, y quizás lo más importante desde la perspectiva de un selector de fondos, es el potencial de diversificación. Una cartera bien construida puede lograr la diversificación a través de múltiples dimensiones: geografía, sectores, antigüedad dentro de la estructura de capital y garantía subyacente. Esta diversificación nos permite ofrecer alfa a nuestros clientes de manera eficaz.
Un área significativa de creciente valor dentro de la deuda privada son los préstamos basados en activos.
Aunque los préstamos directos corporativos de tesorería y las oportunidades de crédito siguen siendo el núcleo de todas las carteras de deuda privada, ya no son el único objetivo. Aunque los fondos que financian proyectos inmobiliarios y de infraestructuras existen desde hace muchos años, cabe destacar el reciente auge de los préstamos diversificados basados en activos.