China sanea el sector de los bonos en medio de un fuerte crecimiento post-pandémico

Economia China

Vontobel | Aunque este año continuará la recuperación mundial sincronizada gracias a la vacuna contra la COVID-19, es probable que la diferencia de crecimiento entre China y EE.UU., así como con Europa, aumente en el primer trimestre de este año debido a los nuevos confinamientos en el mundo occidental y a los retrasos en la aplicación de la vacuna. Más adelante, este año, las divergencias en el crecimiento económico podrían disminuir, a medida que la vacuna demuestre su eficacia contra el virus. Sin embargo, China sigue avanzando mientras EE.UU. y Europa tardarán en ponerse al día.

Aunque China ha vuelto a imponer restricciones regionales para frenar los brotes locales del virus, es poco probable que se produzca un nuevo confinamiento a nivel nacional. Además, la variante COVID en Pekín parece controlada.  Las tasas de infección, que se dispararon en enero, están de nuevo bajo control. Esto reduce la presión sobre el gobierno para que corrija la lentitud del despliegue de la vacuna. Empresas chinas como Sinovac, CanSino y Sinophram brindan esperanzas gracias a los progresos que están llevando a cabo en el desarrollo de sus vacunas. Sólo una de ellas, Sinovac, afirma que podría suministrar 600 millones de dosis este año.

La guerra comercial/tecnológica de baja intensidad continuará, pero la relación entre EE.UU. y China será más predecible

Ahora que Biden ha asumido la presidencia, es probable que el crecimiento económico chino se enfrente a un menor número de amenazas por parte de un Estados Unidos beligerante. El nuevo gobierno adoptará un enfoque diferente a la administración anterior, incluso aunque los demócratas se alinearan con los republicanos en un raro acuerdo bipartidista en su visión de que China representa una clara amenaza para el dominio tecnológico, económico y militar de Estados Unidos. Donald Trump prefirió una estrategia de «disparar primero y luego hablar» para imponer subidas de aranceles y prohibiciones de exportación a China e incluso a algunos de sus propios aliados. Por el contrario, es más probable que la administración Biden busque un consenso con sus aliados antes de acercarse a China.

Además, el gobierno de Biden parece comprender mejor los costes económicos de la guerra comercial. La dependencia del sector empresarial estadounidense de Asia y de China, en particular, en términos de beneficios, es significativa. Los recientes resultados trimestrales de Apple revelaron un mayor crecimiento de sus ventas en China. Por lo tanto, el riesgo de una nueva escalada de la guerra comercial es bajo, ya que podría infligir un daño significativo a la economía estadounidense.

China y EE.UU. pretenden aumentar la dependencia económica de sus regiones

Estados Unidos seguirá vigilando a China como un halcón en materia de supremacía digital. Jared Cohen y Richard Fontaine, dos antiguos miembros del departamento de Estado de EE.UU., han hecho un llamamiento a la creación de un grupo de 12 tecno-democracias al que han denominado “T-12”, que coordinen su respuesta a las amenazas digitales planteadas por regímenes autocráticos como Rusia y China. Los países afines podrían definir normas sobre asuntos como el uso de datos privados por parte de las plataformas digitales, iniciar proyectos de investigación conjunta en áreas de nuevas tecnologías y asegurar las cadenas de suministro de bienes críticos para sus economías de forma más eficiente. Por lo tanto, una respuesta coordinada podría conducir a un mayor intercambio de información, más inversiones en nuevas tecnologías y posiblemente un mayor crecimiento.

Con su iniciativa “Belt and Road” y la reciente creación de la Asociación Económica Integral Regional (RCEP, por sus siglas en inglés), China está haciendo lo mismo en Eurasia, tratando de aumentar la dependencia de la economía China de otros países. Es probable que la RCEP estimule el crecimiento en la región con consecuencias positivas para los mercados asiáticos. Por lo tanto, es probable que la relación entre las dos regiones sea más competitiva. Sin embargo, la política exterior asertiva de China, por ejemplo, en el Mar del Sur de Asia, sigue siendo un riesgo. La administración de Biden ya hizo hincapié -al contrario que Trump- en que Estados Unidos apoyaría a sus aliados asiáticos en cuestiones de seguridad geopolítica.

La visión micro: El aumento de los impagos de bonos en China evidencia una mayor eficiencia del mercado

Cosmo Zhang, analista de Vontobel Fixed Income Boutique

Debido a la pandemia, el número de impagos de algunas emisiones de crédito chinas ha aumentado desde principios de noviembre del año pasado, lo que  desencadenó caídas en noviembre tanto en los mercados onshore como en los offshore. Como resultado, el total de impagos en 2020 podría ser mayor que en 2019, e impulsar el ratio de defaults de los bonos corporativos onshore de 2020 hasta más del 1,0% desde un 0,62% de 2019. Sin embargo, esta cifra sigue siendo inferior a la media mundial. Además, el riesgo es manejable y no supone una amenaza sistémica gracias a los abundantes recursos de los responsables políticos chinos.

El hecho de que estos impagos se produzcan ahora un poco antes evidencia los esfuerzos del gobierno chino por aumentar la eficiencia y la transparencia del mercado en beneficio de la economía en general.

Por lo tanto, estos impagos responden a la decisión del gobierno de no salvar de impagos aislados de algunas empresas estatales (SOE) débiles y no son una consecuencia del deterioro de los fundamentales del crédito, ya que el país se recupera rápidamente de la pandemia debido a una exitosa gestión de la COVID-19. Esta estrategia está en consonancia con el plan de desendeudamiento de los responsables políticos, que se puso en marcha en 2018 para mitigar los «riesgos morales» y promover la diferenciación del crédito, así como la fijación de precios. Al dejar que los mercados funcionen con más libertad, los inversores aprenderán a valorar correctamente los riesgos de impago, algo que debería contribuir a crear un mercado de crédito más sano y eficiente.

Como contexto, el banco central actuó rápida y decisivamente en 2019 tras la quiebra del Banco Baoshang, un prestamista regional con sede en Mongolia Interior, cuando se hizo evidente que este raro suceso había asustado al mercado. Las autoridades intervinieron la gestión de la entidad crediticia y su restructuración fue rápida. Los grandes depositantes institucionales sufrieron una quita del 10%. Esto demuestra la determinación del gobierno de evitar el riesgo sistémico en su intento de construir una economía más fuerte y eficiente. Aunque esto puede ser una mala noticia para las empresas públicas más débiles, se trata de un avance para los inversores y el mercado crediticio chino. Un precio más ajustado del riesgo ofrece a los compradores de bonos una mayor transparencia en una economía relativamente opaca. Esto aumentaría el atractivo de la deuda china, atrayendo más flujos de entrada, lo que a su vez ayudaría a reducir la dependencia de los mercados de capitales de la nación en el gobierno.

Se trata de un progreso positivo a largo plazo para el desarrollo de un crédito sano en China, aunque con cierto dolor a corto plazo. Desde el punto de vista de los inversores, la volatilidad creada por el aumento de los impagos presenta atractivas oportunidades de compra para adquirir bonos de emisores fuertes a valoraciones baratas durante las ventas masivas de las últimas semanas.