El BCE empieza a asustarse de la debilidad que muestra la actividad económica en la Eurozona, por lo que intentarán evitar “apretar demasiado las tuercas”

Sede Frankfurt- Banco Central Europeo

J.J. Fdez- Figares (Link Securities) | En una jornada en la que el BCE tuvo un protagonismo muy relevante, los principales índices bursátiles europeos cerraron con fuertes alzas, yendo de menos a más durante la sesión, lo que les permitió en algunos casos superar algunas importantes resistencias contra las que habían “chocado” ya varias veces en lo que va de ejercicio. En esta ocasión los volúmenes de contratación acompañaron, aumentando sensiblemente con relación a las sesiones precedentes. Si bien los mercados habían iniciado el día con buen tono, apoyados en el buen comportamiento de las bolsas asiáticas de madrugada y en una batería de buenos resultados empresariales trimestrales, no fue hasta después de que el BCE anunciara que, por novena vez de forma consecutiva, volvía subir todas sus tasas de interés de referencia en 25 puntos básicos, situándolas todas ellas en niveles no vistos desde antes de la Gran Crisis Financiera de la primera década del siglo XXI, cuando las bolsas se “dispararon” al alza. La decisión era la esperada, por lo que no fue la causa de esta reacción, por lo que hay que buscar la misma en el tono “más suave” utilizado por el Consejo de Gobierno del BCE en su comunicado y posteriormente por su presidenta, la francesa Lagarde, en su rueda de prensa. En ambos casos los inversores entendieron que es factible que el BCE haga una pausa en su proceso de alzas de tipos cuando reúna a su Consejo de Gobierno en el mes de septiembre. Si bien la inflación continúa siendo elevada en la región, y lo seguirá siendo aún por bastante tiempo, el BCE entiende que está yendo en la buena dirección. Además, y esta es nuestra opinión, creemos que sus miembros están empezando a asustarse de la debilidad que está mostrando la actividad económica en la Eurozona, por lo que intentarán evitar “apretar demasiado las tuercas” (subidas de adicionales de tipos de interés) y provocar un “aterrizaje brusco” de esta economía.

En Wall Street la sesión de ayer fue completamente lo opuesto, yendo este mercado de más a menos, para cerrar el día a la baja. Si bien la jornada comenzó de forma positiva, animados los inversores por las buenas cifras trimestrales de muchas empresas -ayer fue Meta (META-US) quien recibió en forma de fuertes alzas de sus acciones el beneplácito de los inversores-, paradójicamente, una batería de buenos datos macroeconómico -PIB del 2T2023; pedidos de bienes duraderos de junio y desempleo semanal; provocó un giro brusco de los precios de los bonos, con el consiguiente repunte de sus rendimientos, la revalorización del dólar y que las bolsas se giraran a la baja, cerrado sus principales índices en negativo, muy cerca de sus niveles más bajos de la sesión. Ello impidió que el Dow Jones encadenara la decimocuarta sesión consecutiva al alza, rompiendo de esta forma una racha histórica de trece sesiones consecutivas de ganancias.

Hoy, y en una sesión que presenta unas agendas macroeconómica y empresarial muy intensas, esperamos que las bolsas europeas se tomen un respiro y abran a la baja. Durante la jornada, los inversores deberán estar muy atentos, además de a la batería de resultados empresariales que se darán a conocer, a la publicación de las cifras preliminares de la inflación del mes de julio en España, Alemania y Francia y, ya por la tarde y en EEUU, de la lectura del índice de precios del consumo personal (PCE) del mes de junio, que es la variable de precios más seguida por la Reserva Federal (Fed). En principio se espera que la inflación haya seguido moderándose en todos estos países, por lo que, si no se confirma este hecho, podemos asistir a algunos recortes en las bolsas occidentales durante la jornada.

Por lo demás, comentar que esta madrugada el Banco de Japón (BoJ) ha anunciado que adoptará una mayor flexibilidad en su política de control de la curva de tipos, decisión que entendemos normal dado que la inflación en el país se encuentra sensiblemente por encima del objetivo del 2%, pero que no ha gustado a los inversores, provocando un fuerte descenso tanto de los precios de los bonos como de las acciones japonesas.