El componente energético presiona las expectativas de inflación; el BCE espera 3,4% a 1 año y 2,5% a 3 años

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Renta 4 | Apertura a la baja en bolsas europeas (futuros Eurostox -0,5%, futuros S&P planos) tras las notables subidas ayer (+2% de media en Europa, +0,5% en Estados Unidos) a raíz de los recortes en las TIRes americanas (-15 pb, hasta 4,6% el T-bond), ante su calidad de refugio en un contexto de creciente riesgo geopolítico, pero también por la reducción de probabilidades de que la Fed decida una nueva subida de tipos en un contexto en el que la reciente subida de TIRes (más de 50 pb desde principios de septiembre) le ha hecho parte del trabajo.

Aun así, no hay que olvidar las presiones de fondo sobre la inflación. En este sentido, mantenemos la atención en la energía. Ayer el Brent se tomó un respiro tras la subida del lunes, aunque el gas subió con fuerza, +13% ayer y +33% en últimos tres días, ante distintos riesgos sobre la oferta: parada de producción de Chevron en Israel, sabotaje en un gasoducto entre Finlandia y Estonia que cuestiona la seguridad de la infraestructura energética europea, a lo que se suma el próximo reinicio de la huelga de Chevron en Australia (19-octubre).

Hoy estaremos pendientes de los datos finales de IPC de septiembre en Alemania, que confirmarían la moderación hasta 4,5% (vs 6,1% previo), pero con riesgo de nuevas alzas a futuro. Asimismo, la atención estará en las expectativas del BCE respecto a la inflación a 1 año (3,4% anterior) y a 3 años (con riesgo al alza a 2,5% vs 2,4% anterior), tras reconocer esta semana Lagarde y de Guindos los nuevos riesgos sobre los precios por el lado del componente energético.

En Estados Unidos, más allá de los precios a la producción, que se mantendrán muy contenidos en septiembre (general +1,6%e y subyacente +2,3%e), estaremos atentos a las Actas de la Fed, cuya última reunión (20-septiembre), a pesar de la pausa en la subida de tipos, trajo un aumento del “dot plot” para 2024-25 (esperando sólo una bajada de 50 pb en 2024) un reflejo de su discurso “hawkish” en un contexto de presiones inflacionistas aún elevadas. De hecho, ayer vimos una ligera subida en las expectativas de inflación de la Fed de NY a 1 año (+1 décima hasta 3,7%) a 3 años (+2 décimas hasta 3%). Y, aunque a 5 años se moderó en 2 décimas, el nivel que apuntan es 2,8%, aun claramente superior al 2% objetivo de la Fed. Las Actas podrían aportar algo de luz sobre cuál es el nivel neutral de tipos para la Fed.

Por el lado del crecimiento, ayer el FMI, en su informe de octubre, concluyó que la economía mundial se ha ralentizado, pero no estancado, y que el crecimiento es lento y desigual, con crecientes divergencias a escala mundial. La institución estima un crecimiento del PIB mundial del +3% i.a. 2023e y +2,9% i.a. 2024 (vs +3,5% en 2022 y -0,1 pp vs proyección de julio respectivamente). Por países, revisa al alza Estados Unidos +2,1% 2023e y +1,5% i.a. 2024e (desde +1,8% y +1% en julio), y a la baja la Eurozona +0,7% 2023e y +1,2% i.a. 2024e (vs +0,9% y +1,5% en julio), que se ve lastrada por Alemania (-0,5% 2023e y +0,9% i.a. 2024e revisado desde -0,3% y +1,3% respectivamente). Para España mantiene las previsiones de PIB 23e +2,5% pero rebaja 24e a +1,7% (desde +2,5% y +2% en julio). En las economías emergentes estima un crecimiento del +4% para los dos años, revisando a la baja China (+5% 2023e y +4,2% i.a. 2024e, desde +5,2% i.a. y +4,5% i.a. en julio) e India (+6,3% 2023e y 2024e) como motor de crecimiento.

En cuanto a los precios, se prevé que la inflación mundial siga reduciéndose, de 8,7% en 2022 y a 6,9% en 2023 y 5,8% en 2024, aunque revisa ambos años al alza (+0,1 pp y +0,6 pp vs julio respectivamente).

El FMI advierte que, aunque los riesgos extremos se han moderado desde abril, la amenaza de un deterioro de la situación sigue estando vigente, con la vista puesta en: 1) la posibilidad de un agravamiento de la situación del mercado inmobiliario en China, 2) unos niveles de inflación aún elevados, con incremento de expectativas a corto plazo; 3) la mayor volatilidad de los precios de las materias primas (tensiones geopolíticas, cambio climático,…) y 4) la reducción de margen fiscal de los países como consecuencia de los elevados niveles de deuda.