J.J. Fdez- Figares (Link Securities) | Tras los importantes recortes sufridos en los últimos meses por las bolsas europeas y estadounidenses, recortes que se iniciaron a principios de agosto, varios de sus principales índices han entrado en lo que se conoce como corrección técnica, al haber cedido más del 10% desde sus recientes máximos, alcanzados a finales de julio. Así, el viernes fue el S&P 500 el último de estos índices en entrar en esta fase. Antes lo habían hecho el Nasdaq Composite en Wall Street y el Eurostoxx, el Euro Stoxx 50, el CAC 40 francés y el Dax alemán en Europa. El principal factor que ha provocado esta corrección de la renta variable ha sido el fuerte repunte de los rendimientos de los bonos a largo plazo, producto de una inflación que se resiste a bajar al ritmo que sería deseable y de unas políticas monetarias cada vez más restrictivas por parte de los bancos centrales. El incremento de los tipos a largo, que constriñe aún más las condiciones financieras globales, es un factor que, como ya señalamos en su día, provoca un incremento en los costes financieros de las compañías, lastrando sus resultados y su capacidad de inversión, penaliza sus valoraciones y, además, incrementa el atractivo de la renta fija con relación a la renta variable. Además, y en el caso concreto de EEUU, los tipos de interés reales ya son positivos, lo que incentiva el ahorro frente a la inversión. Finalmente, y en este el último mes, el estallido del conflicto de Gaza ha incrementado el ya de por sí complejo escenario geopolítico, escenario que la guerra de Ucrania y el enfrentamiento entre China y Occidente por temas económicos, comerciales y tecnológicos, ya venían tiempo enrareciendo.
De este modo, se puede decir que todo lo que podía ir mal para los intereses de la renta variable ha ido de mal en peor en los últimos meses. Está por ver si, como ha sucedido en múltiples ocasiones, los mercados de valores son capaces de sobreponerse a los múltiples frentes abiertos y recuperar el buen tono de principios de año, lo que convertirá la actual corrección en una más -suele producirse una cada año-, o si, por el contrario, todos los factores enumerados llevan a los mercados a profundizar en la corrección e, incluso, en el escenario más negativo, entrar en mercado bajista, lo que supondrían que los índices habrían cedido más del 20% desde sus últimos máximos. Nosotros, y a pesar del negativo sentimiento actual que impera en los mercados, apostamos más por el primer escenario que por el segundo. Aunque no tenemos claro cuándo se girarán con consistencia al alza los mercados, sí estamos seguro que en ello tendrán un papel determinante la moderación de los rendimientos de los bonos a largo plazo, algo que irá muy ligado a la reducción de las expectativas de inflación y a que los mercados comiencen a descontar futuros recortes en los tipos de interés oficiales.
De momento, los inversores afrontan una semana muy intensa en la que los bancos centrales, la macroeconomía y los resultados empresariales trimestrales tendrán un papel estelar. Así, a lo largo de los próximos días se reunirán los comités de política monetaria del Banco de Japón (martes), de la Reserva Federal (martes y miércoles) y del Banco de Inglaterra (BoE). Como siempre, será la reunión del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) del banco central estadounidense la más determinante para el comportamiento de los mercados de bonos, acciones y divisas. En principio, los inversores dan por seguro que la Fed no moverá ficha en esta ocasión, y que dejará sus tasas de interés de referencia sin cambios en el intervalo del 5,25% – 5,50%. No obstante, será determinante lo que diga el FOMC sobre posible futuros movimientos y sobre cómo ven la economía y la inflación estadounidenses. Cualquier indicación de que una nueva alza de tipos “sigue en cartera” provocaría nuevas tensiones en los mercados. En sentido contrario, si la Fed da a entender que el proceso de alzas de tipos ha finalizado, los inversores en bonos y acciones lo celebrarán con alzas.
En lo que hace referencia a la agenda macroeconómica de la semana, señalar que, además de la publicación en las principales economías europeas y en EEUU de los índices de gestores de compra de octubre, los PMIs y el ISM estadounidense, de los sectores de las manufacturas (miércoles) y de los servicios (viernes), esta semana se publicarán en EEUU varios importantes datos de empleo, entre los que destacaríamos los de empleo no agrícola, que se darán a conocer el viernes y que servirán para conocer el estado actual por el que atraviesa el mercado laboral estadounidense, cuya rigidez mantiene desde hace tiempo preocupados a los miembros del FOMC.
Igualmente, esta semana la agenda empresarial presenta una gran intensidad, con más de 150 compañías del S&P 500 dando a conocer sus cifras trimestrales y con un gran número de empresas europeas haciendo lo mismo en las distintas plazas bursátiles de la región. No obstante, serán las cifras que dé a conocer el jueves la multinacional estadounidense Apple (AAPL-US) las que más atraerán la atención de los inversores, porque servirán para conocer el momento real de negocio por el que atraviesa el sector tecnológico mundial. Hasta el momento, la temporada de resultados trimestrales está siendo buena en Wall Street y algo más floja en Europa. Por su parte, la reacción de los inversores está siendo en general negativa, recompensando poco o nada a las compañías que superan lo esperado por los analistas e, incluso, que mantienen sus expectativas de beneficios o las revisan al alza, y castigando duramente a las empresas que “se quedan algo cortas” y no alcanzan lo esperado por el consenso y, sobre todo, a las que revisan a la baja sus expectativas.
Hoy, para empezar la semana, esperamos que los principales índices bursátiles europeos abran la jornada sin grandes cambios, probablemente con un ligero sesgo bajista, en una jornada en la que la inflación volverá a ser protagonista, ya que tanto en Alemania como en España se darán a conocer las lecturas preliminares del IPC de octubre. Los analistas esperan que en Alemania continúe a buen ritmo el proceso desinflacionista, mientras que en España la inflación general vuelva a subir en el mes por ciertos efectos base. No obstante, será el comportamiento en el citado mes de la inflación subyacente en ambos países lo que realmente tendrán en cuenta los inversores. Por lo demás, habrá que seguir atentos a los resultados empresariales trimestrales que se vayan dando a conocer, aunque, de momento, éstos no están ejerciendo el papel de revulsivo que esperábamos.