El 60% de los activos de los hogares chinos son los inmuebles, que han perdido un 30% de su valor

Lazard | Se refiere finalmente a las «Dos Sesiones» de China de los pasados 4 y 5 de marzo. La Asamblea Popular Nacional (NPC, por sus siglas en inglés) fijó como objetivos económicos para 2024 un PIB real del 5%, una inflación del 3% y un desempleo urbano del 5,5%; no adoptó ninguna medida significativa para impulsar el consumo; mientras que el objetivo de déficit fiscal del 3%, la emisión de bonos especiales del gobierno local de 3,9 billones de renminbi y la emisión del gobierno central de 1 billón de renminbi en  bonos ultralargos son insuficientes para compensar la reducción de los vehículos de financiación del gobierno local. Después de estos anuncios, Temple se muestra “menos optimista” sobre las perspectivas de crecimiento de China. 

 “En 2024 y 2025, es probable que la vivienda vuelva a tener una contribución neutra o ligeramente positiva al crecimiento, lo que me lleva a esperar un PIB real en China durante los próximos dos años de entre el 3% y el 4% anual”, comenta. Recuerda que la caída de los precios de la vivienda ha alcanzado niveles sin precedentes: entre un 25% y un 30% en las viviendas de segunda mano de las ciudades nivel 1 y 2, y del 40% en las de nivel 3, según datos de Beke y Morgan Stanley.  Aún así, no espera una crisis del sistema bancario relacionada con las hipotecas residenciales, dado que China ha tenido históricamente unos requisitos de pago inicial muy elevados para comprar una vivienda y que las hipotecas están sujetas a recurso en caso de impago.

La preocupación del estratega de Lazard en China se centra más bien en la confianza de los consumidores. “El Ministerio de Vivienda chino ha indicado que alrededor del 60% de los activos de los hogares chinos son bienes inmuebles. Si el mayor activo que poseen los consumidores ha perdido entre un 25 y un 30% de su valor, no es de extrañar que la confianza de los consumidores sea débil, lo que repercutirá negativamente en el consumo. Si la recesión inmobiliaria persiste durante varios años más, podría llevar a una situación más precaria en la que los consumidores reduzcan el gasto, lo que llevaría a unas condiciones deflacionistas que crearían un bucle de retroalimentación negativa. Esta no es mi expectativa de base, pero seguiré de cerca la inflación, la confianza de los consumidores y los precios de la vivienda para revaluar periódicamente mis opiniones”, remata.