Renta variable gran capitalización: prudencia en EE.UU. y mejores perspectivas para Europa

Thomas Dhainaut (La Française AM) | El año 2023 terminó en positivo, con una subida de los índices de renta variable de casi el +20%, a pesar de un modesto crecimiento de los beneficios de sólo el +2,0%. La subida de los múltiplos fue el principal motor de estos resultados.

El sector tecnológico, sobre todo en Estados Unidos, es el principal responsable de esta expansión de los múltiplos, tras la notable subida de más del 50% del Nasdaq y un crecimiento de los beneficios del +4%. Además, se produjo una notable concentración de la rentabilidad en el S&P 500, con siete valores (Apple, Microsoft, Alphabet, Amazon, Tesla, Nvidia y Meta) que contribuyeron en más de un 70% al rendimiento del índice. El índice S&P Equal Weight registró una subida más moderada del +11%, frente al +23% del S&P 500. En Europa, el rendimiento también rozó el +20%, a pesar de una caída de los beneficios del -1,0%. En Asia, los resultados fueron dispares: la renta variable japonesa subió casi un 30% y la china bajó más de un 10%. Tres factores contribuyeron al favorable crecimiento de las empresas japonesas: una política monetaria que siguió siendo acomodaticia, una devaluación del yen (-11%) y un flujo constante de actividad, y los cambios en la regulación de los «planes de ahorro en acciones» japoneses han animado a los inversores a orientarse hacia la renta variable.

En 2024, se espera que el crecimiento económico mundial sea más débil en todas las regiones, con la excepción de la eurozona. De hecho, esta región podría dar una sorpresa positiva en el primer semestre, con una recuperación de la demanda respaldada por la reposición de existencias. Los indicadores adelantados (IFO, ZEW) también tienden al alza.

En Estados Unidos, el crecimiento previsto de los beneficios (+11% en el S&P 500), impulsado una vez más por el sector tecnológico, que contribuye en un 40% al crecimiento, parece algo elevado teniendo en cuenta el entorno previsto para este año.

Mantenemos la cautela en Asia, especialmente en China, a pesar de las bajas valoraciones (9,2 veces los beneficios a 12 meses), la dinámica de crecimiento de los beneficios sigue siendo negativa. Aunque Japón puede mantener un impulso positivo, aspirar a un crecimiento del 26% de los beneficios empresariales parece demasiado ambicioso.

Todo esto significa que -al menos inicialmente- preferimos la renta variable de la eurozona, cuyas valoraciones en relación con EE.UU. están en su nivel más bajo en 20 años. Los sectores en los que nos centraremos son la digitalización, la inteligencia artificial, el inmobiliario, las soluciones climáticas, incluidos los proveedores de equipos de energías renovables (empresas de cableado, productores de energía eólica y solar) y las compañías interesadas en la eficiencia energética.

A finales de 2023 se celebró la COP28, en la que se fijaron una serie de objetivos, entre ellos triplicar la capacidad de producción de energías renovables y duplicar la tasa de mejora de la eficiencia energética, del 2% al 4% anualmente de aquí a 2030. Estos objetivos son alentadores y respaldarán nuestras convicciones para 2024.