Schroders | Prevemos un panorama de estanflación en la eurozona, donde una leve recuperación del crecimiento se apoya en un consumo más fuerte, mientras la inversión sigue siendo escasa. Dado que la inflación sigue siendo elevada, esperamos que el BCE realice sólo dos recortes de tipos adicionales este año.
Hemos vuelto a rebajar nuestra previsión de crecimiento de la UE para 2025 del 1,2% al 1,1%, y esperamos que el crecimiento repunte al 1,5% en 2026. Los consumidores se mantuvieron cautos el año pasado, ya que la incertidumbre política en Francia y Alemania elevó la tasa de ahorro. Sin embargo, esperamos un repunte cíclico en los próximos trimestres, con unos tipos de interés más bajos y unos ingresos reales elevados que apoyen el gasto de los hogares.
Entre tanto, las políticas comerciales de Trump representan un riesgo para el crecimiento. Aunque esperamos algún acuerdo entre la UE y Trump, tardará meses en concretarse y la mayor incertidumbre sobre las políticas comerciales mundiales seguirá lastrando el sentimiento empresarial.
Hemos revisado al alza nuestra previsión de inflación general para 2025, del 2,2% al 2,4% interanual, debido a la subida de los precios de la energía y los alimentos, mientras que seguimos esperando que la inflación subyacente se mantenga elevada, en el 2,3%. La rigidez de la inflación de los servicios parece que continuará, ya que la resistencia del mercado laboral permite a los sindicatos mantener un fuerte poder de negociación salarial. En particular, Alemania está entrando en un periodo crítico de negociaciones salariales, en un momento en que tanto la inflación como las expectativas de inflación están aumentando.
El BCE se ha mostrado más pesimista últimamente, desplazando su atención de la elevada inflación a la atonía del crecimiento. Aunque hemos ajustado nuestras previsiones para incluir un recorte más de los tipos, seguimos manteniendo una postura relativamente agresiva. Así pues, prevemos que el BCE dejará de recortar los tipos en junio, manteniendo el tipo de depósito en el 2,25%. En cambio, los mercados descuentan que el BCE reduzca el tipo de depósito por debajo del 2%.