Intermoney | La resaca de las elecciones europeos duraba todo el lunes y se hacía notar en unos mercados que cerraban la sesión en rojo, especialmente por los resultados de Francia, donde el traspiés de Macron frente a Le Pen han llevado a este a disolver la Asamblea Nacional y convocar elecciones. La Agrupación Nacional de Marine Le Pen obtenía el 31,36% de los votos, el doble que la lista Renacimiento de Macron (14,6%). El país galo celebrará nuevas elecciones para la Cámara Baja del Parlamento francés el 30 de junio y el 7 de julio, por lo que están a la vuelta de la esquina y esto puede ser un tanto desestabilizador. Más preocupante es si tenemos en cuenta que ya la confianza de los inversores respecto a Francia no está precisamente en su mejor momento, y es que apenas hace 10 días S&P rebajó la calificación crediticia del país a AA- desde AA el 31 de mayo por las dudas que suscitan sus cuentas públicas.
Eso sí, recordemos que en el Parlamento, hasta ahora, formar coaliciones estables en reformas importantes ha sido una tarea ardua, lo que ha obligado al gobierno a actuar por medio de decretos que no necesitaban la aprobación de este. Además, las elecciones legislativas se celebran en dos rondas, con apoyos y alianzas de por medio, y la abstención alcanzó más del 48,5% durante la votación de ayer, por lo que la movilización del electorado galo podría hacer que no veamos repetido un descalabro como el del domingo. Eso por quitar hierro al asunto, pero aun así, estas elecciones tensionan más un escenario ya de por sí complicado originado por las dudas sobre la estabilidad financiera del país galo.
Como decimos, los comicios europeos no le sentaban bien a los parqués financieros, que veían cómo las ventas dominaban la jornada tanto en la renta fija como en la renta variable. Los bonos franceses veían aumentar con fuerza sus rendimientos, con una subida de 12,8 p.b. en el 10 años francés (3,22%). También era Italia una de las grandes perjudicadas, con su bono a 10 años volviendo a romper la barrera del 4% después de subir 11,7 p.b (4,085%), mientras que los movimientos en los papeles de otras economías eran más suaves, aunque en el bund alemán la yield subía 5,6 p.b. hasta el 2,67%. En clave de renta variable, también era el CAC francés el que guiaba las pérdidas, retrocediendo un -1,35%. En el resto de Europa los parqués cerraban también en rojo, pero las caídas eran más suaves, como en el DAX alemán, que se dejaba medio punto porcentual, mientras que el índice paneuropeo STOXX600 cerraba un -0,34% abajo. La agitación política también afectó al euro, que situaba su cruce frente al dólar en 1,0768EURUSD el lunes, su nivel más bajo en un mes.
A nivel europeo también cabe desgranar los resultados. El gran cambio ha sido, como pronosticábamos, el ascenso de los grupos euroescépticos, donde su representación ha pasado de un quinto de los escaños a un cuarto, siendo significativo que avanzaran con fuerza en las principales potencias como Francia, Alemania e Italia. Eso sí, el número de asientos para estos grupos políticos nacionalistas y euroescépticos ronda los 150 pero no podemos saberlo con certeza ya que depende de cuántos de los 100 diputados ahora no afiliados decidan unirse formalmente a estos grupos parlamentarios.
En cuanto a las formaciones tradicionales, el grupo de centro-derecha, el Partido Popular Europeo (PPE) ganó las elecciones, obteniendo 185 escaños en la asamblea de 720 miembros, que mejoraba sus resultados desde los 176 sobre 705 de las últimas elecciones. Los socialdemócratas acababan como segunda fuerza con 137 escaños, perdiendo empaque frente a los 139 sobre 705. Los dos grupos que sí retrocedían con más ahínco los encontrábamos en los verdes, que de 71 pasaban a 52 asientos, así como los liberales, que caían de 102 a 80.
A pesar de que junto con el PPE, los otros dos grupos que la apoyaron en 2019, los socialistas de centro-izquierda y los liberales, obtendrían unos 402 escaños, la reelección de Ursula von der Leyen no será un camino de rosas, puesto que la subida de los euroescépticos le da un margen de maniobra mucho menor, teniendo en cuenta que no está claro cuántos diputados de su posible coalición podrían no votar por ella y es que, recordemos que cerca de 100 eurodiputados de la coalición del PPE, centroizquierda y liberales no votaron por von der Leyen el lustro pasado. Antes de eso, necesita el respaldo de los 27 líderes nacionales del bloque, pero esto será una tarea más sencilla. El margen es más limitado ahora, pero vemos todo en orden para que la alemana sea reelegida, y aunque los euroescépticos pueden hacer más ruido esta legislatura, lo cierto es que su representación sigue siendo de un cuarto de la cámara, lo que implica que tampoco vaya a frenarse demasiado la línea actual de directrices del Parlamento.
