El BCE mantiene su línea y evita enviar una señal de pánico a los mercados

Pablo Duarte

Pablo Duarte (Instituto de Investigación Flossbach von Storch) | La decisión de aumentar las tasas de interés en 50 puntos básicos, tal y como se anticipaba, se comunicó en medio de un drama bancario en torno a Credit Suisse y pocos días después de que el colapso del Silicon Valley Bank agitara los mercados financieros. El BCE hizo bien en mantener la línea y no reducir el tamaño del aumento que ya había anunciado. De lo contrario habría enviado una señal de pánico a los mercados y habrían podido desatar turbulencias aún más fuertes. Además, con una tasa de inflación interanual de 8,5% y una tasa de inflación subyacente de 5,6% con tendencia al alza, habría dado un paso atrás en el proceso de afianzar su credibilidad.

El aumento en los tipos de interés está causando lo que se esperaba: sacar a la luz aquellas inversiones que únicamente eran rentables bajo la sombra de tasas de interés cercanas a cero. El colapso de FTX, y el susto de los fondos de pensiones en el Reino Unido hace unos meses son ejemplos de inversiones escondidas bajos las aguas del dinero gratis que salieron a flote con los tipos más altos. Hasta ahora el sector bancario europeo en general pareciera estar en buen estado de salud, pero no sabemos qué inversiones en qué otros sectores podrían empezar a tambalear. Sin embargo, este proceso de limpieza en los mercados permitirá una asignación de capital más eficiente.

El mensaje de Lagarde mantuvo la dicotomía de las pasadas ruedas de prensa. Por un lado, enfatizó el compromiso del BCE de alcanzar la meta de inflación de 2%, y por otro señaló que alcanzarla dependerá de lo que se vaya viendo en los datos. Lo que decida le Reserva Federal la semana entrante, el desarrollo de los salarios y de los precios de los servicios en la zona del euro, así como el impulso de crecimiento proveniente de la reapertura China pondrá las condiciones para la próxima decisión del BCE.