Benoit Anne (MFS Investment Management) | La eurozona está patas arriba. En su día, la jerarquía de dos niveles de países dentro de la eurozona estaba muy bien establecida. Teníamos los países centrales, caracterizados por su fortaleza económica, sus políticas macroeconómicas realistas y su estabilidad política. Y luego teníamos los países periféricos, que en ocasiones se veían empañados por temores de inestabilidad financiera, riesgos macroeconómicos o perturbaciones políticas. En la actualidad, el centro es el que más sufre, mientras que los países periféricos, en su mayoría, prosperan. Esto se hizo dolorosamente evidente al observar las últimas cifras del PMI en toda la región, con las estimaciones del PMI manufacturero de Austria, Francia o Alemania situadas en torno a los 40, frente a los 55 de España. Pero no se trata sólo del crecimiento. La credibilidad de las políticas macroeconómicas y el entorno político también respaldan la opinión de que el centro de la zona del euro ya no es lo que era. Nuestra gestora de carteras de deuda soberana europea, Annalisa Piazza, se ha mostrado mucho más constructiva con los países de la periferia, incluida Italia. Los problemas a los que se enfrentan los países centrales probablemente no sean una gran noticia para el euro, con el BCE motivado a seguir adelante con sus planes de relajación de la política monetaria. Al margen de los riesgos soberanos, la buena noticia es que los inversores en crédito corporativo no deberían ponerse demasiado nerviosos en general. Los fundamentales de las empresas del euro siguen mostrando signos de fortaleza, a pesar del difícil entorno macroeconómico de la región, y la actual relajación del BCE debería contribuir a mantener un contexto de mercado favorable para la renta fija.