El sector industrial europeo sigue en recesión

Karsten Junius_JSS SAM

Karsten Junius (J. Safra Sarasin Sustainable AM) | La producción industrial prosigue su proceso de ajuste postpandemia. Aunque aumentó ligeramente en mayo, se mantiene claramente por debajo de su nivel de enero y de la media del primer trimestre. Además, las ventas al por menor y la actividad en el sector de la construcción han seguido disminuyendo. Mantenemos nuestra hipótesis de que la estanflación describe mejor la economía de la eurozona en estos momentos.

La producción industrial sigue decepcionando en la eurozona. Los datos de mayo (0,2% intermensual y -2,2% interanual) no muestran un gran repunte tras el desastroso descenso de marzo (Gráfico 1). En comparación con abril, la producción aumentó en todas las categorías, salvo en energía. Sin embargo, también se mantiene por debajo de los niveles de enero en todas las categorías, salvo en bienes de equipo. Éstos han aumentado ligeramente, pero no en la medida que esperábamos dada la reapertura de la economía china. Los componentes de energía y bienes intermedios permanecen incluso por debajo de los niveles anteriores a la pandemia (Gráfico 2). Dentro de los cinco mayores países de la eurozona, la producción de mayo sólo disminuyó en Alemania respecto a abril, mientras que sólo aumentó en Alemania y Francia respecto a mayo de 2022. Sólo en España la producción industrial es superior a la de enero de 2020, es decir, antes de la pandemia. Atendiendo a los distintos sectores, también llama la atención que la producción de vehículos de motor se mantenga un 7% por debajo de su nivel anterior a la pandemia.

Desde JSS SAM no esperamos un cambio de tendencia en los próximos meses. A diferencia del año pasado, la constante apreciación del euro real ponderado en función del comercio, del 10% desde el pasado septiembre, está suponiendo un importante viento en contra y la recesión mundial del sector manufacturero tampoco está ayudando a la eurozona. Tanto los índices de directores de compras (PMI) como el índice de confianza industrial de la Comisión Europea apuntan a una mayor debilidad en el futuro (Gráfico 3). Las expectativas de producción para los próximos meses apenas son positivas y las existencias de productos acabados han aumentado hasta tal punto que las expectativas de precios de venta también han disminuido masivamente. Los cuellos de botella en la producción y la falta de insumos ya no parecen ser un factor limitante. En consonancia con esto, la evaluación de los niveles de cartera de pedidos se ha deteriorado en 10 de los últimos 12 meses, lo que indica que la demanda reprimida, las cadenas de suministro deterioradas y otras distorsiones relacionadas con la pandemia son un tema del pasado (no obstante, observamos que la cartera de pedidos en Alemania todavía parece estar por encima de su nivel medio, con una duración de 7,3 meses de la producción media de los últimos 12 meses).

Es posible que las restrictivas condiciones financieras y la debilidad de la economía mundial sigan lastrando la producción industrial. Asimismo, es probable que estas fuerzas hagan descender aún más la demanda en los próximos meses, ya que normalmente se necesitan algunos trimestres para que la política monetaria más restrictiva muestre todo su efecto.

Por último, las ventas retail disminuyeron en abril y mayo, al igual que el gasto en construcción en abril. Suponiendo niveles constantes para las ventas retail, la construcción y la producción industrial en los meses restantes del trimestre, las variaciones trimestrales de todos ellos serían negativas (Gráfico 4). En consecuencia, necesitamos un sector servicios fuerte, posiblemente provocado por otra ronda de demanda reprimida de servicios turísticos, como fuerza equilibradora. En resumen, seguimos creyendo que la estanflación describe mejor el estado actual de la economía de la eurozona.