Fondos de agua: tan rentables como imprescindibles

Manuel Moreno Capa

Manuel Moreno Capa (Director de GESTORES) | El planeta Tierra está a la defensiva y descarga sobre sus habitantes más nocivos –nosotros, los humanos– toda la fuerza de la naturaleza. Alterados por la emergencia climática global, los cielos se revuelven y nos sacuden con bíblicos diluvios en el centro de Europa o en China, mientras que las olas de calor asolan incluso las frías regiones canadienses… El agua es noticia por los estragos cada vez más frecuentes e inesperados que provoca, pero también por constituir un bien imprescindible que requiere gestión y masivas inversiones. Unas inversiones en las que podemos participar a través de fondos especializados que, además, han sido históricamente muy rentables.

El agua provoca guerras (buena parte de los movimientos de Israel para ocupar territorios en conflicto con los palestinos se deben a la búsqueda de reservas de agua dulce, por ejemplo) y conflictos políticos (¿de qué país es el agua del Nilo, de Egipto o de Etiopía, que construye su inmensa presa aguas arriba, en el Nilo Azul?). Un cuarenta por ciento de la población mundial padece escasez de agua. Incluso en los países más desarrollados la gestión del agua dulce requiere masivas inversiones para lograr que siga llegando sin problemas a la población y a los sectores agrícola e industrial.

Como me comenta Gonzalo Rengifo, director general de Pictet en Iberia y Latinoamérica, el agua se encuentra “en la intersección de varias megatendencias, como desarrollo demográfico, crecimiento económico y urbanización, salud, comercialización y sostenibilidad… Pero no se trata de invertir en agua como materia prima, sino en empresas que proporcionan agua residencial, industrial y para la agricultura en el momento, calidad, cantidad y calidad precisas y favorecen la eficiencia en su uso”. Y todo este mercado, según el responsable de la gestora con más experiencia en el tema, supone una facturación mundial  agregada es 1,1 billones de dólares, “similar a la farmacéutica, con un crecimiento estable de en torno a 6 por ciento anual compuesto”.

La OCDE estima que, para garantizar el acceso universal y saneamiento adecuado para 2030, hay que invertir un billón de dólares anualmente, frente a 600.000 millones que se invierten en la actualidad.  Y todo ello, sin alterar el medio ambiente hasta límites insoportables que acaben generando desastres climáticos como los vistos recientemente.  Rengifo apunta que “podemos consumir hasta cuatro billones de metros cúbicos de agua dulce al año sin dañar el planeta, lo que supone, en líneas generales, el uso actual, aunque varía mucho por regiones”. Pero “para 2030 se prevé que la demanda mundial de agua alcance 6,9 billones de metros cúbicos”.

Para satisfacer esa demanda, hay que invertir mucho dinero. Una inversión que, además, redundará en crecimiento económico. El director general de Pictet cita las estimaciones de la ONU: “Cada dólar invertido en infraestructura de agua potable y residual proporciona 6,35 dólares de crecimiento del PIB a largo plazo y 2,62 dólares en otras industrias”.

Este desafío desborda las capacidades de los gobiernos. “Las administraciones públicas no pueden reducir los desequilibrios y se estima que para 2030 un 22 por ciento de la población reciba suministro de empresas mixtas”, apunta Gonzalo Rengifo. “De hecho, hay un exceso de demanda y el precio del agua tiende aumentar por encima de la inflación para ajustarse a los costes, con menor volatilidad que el petróleo, por lo que se convierte una inversión relativamente anticíclica”, subraya el responsable de Pictet.

Una gestora que sabe mucho de esto: el Pictet Water, creado hace 21 años, es el fondo pionero en inversión en agua. Su estrategia, apunta Gonzalo Rengifo, se centra en tres segmentos: “El de servicios públicos se basa en compañías que proporcionan servicios de agua, concesiones e infraestructuras, con flujos de caja predecibles y concesiones de 30 o más años; los otros dos, más cíclicos, son servicios medioambientales, que incluyen reciclaje y reutilización, así como tecnologías relacionadas con agua, calidad y monitorización”.  

Desde su puesta en marcha a principios del milenio, la  rentabilidad anualizada del fondo Pictet Water supera el 8 por ciento, frente a algo menos de 5 por ciento del índice mundial MSCI AC World.

El Pictet Water no sólo es el fondo especializado en agua más veterano, sino también el más grande, pues gestiona más de 7.700 millones de dólares. Otros productos especializados en el líquido elemento son el BNP Paribas Aqua Classic (creado en 2015), que gestiona más de 3.000 millones de euros y acumula una rentabilidad superior al 17 anual, y el Allianz Global Water, más reciente que los anteriores (cuatro años de historia) y con un patrimonio mucho menor (620 millones de euros).

Todos ellos productos muy líquidos (nunca mejor dicho), rentables y, además, necesarios para conseguir que el agua dulce, un bien escaso y cada vez más preciado, acabe llegando a toda la población mundial sin que esto suponga nuevos desequilibrios ambientales sobre nuestro castigado planeta.