Ulrike Kastens (DWS) | En contra de las expectativas del mercado, la tasa de inflación de la eurozona ha aumentado ligeramente, situándose ahora en el 2,6% (frente al 2,5% de junio). Una vez más, la persistencia de la inflación es evidente, sobre todo en el precio de los servicios, que disminuyeron ligeramente, del 4,1% en junio al 4,0% en julio. Al igual que en Alemania, los precios de los bienes de consumo experimentaron un ligero aumento en julio (+0,8%, frente al 0,7% de junio), manteniendo el índice subyacente estable en el 2,9%, por tercer mes consecutivo. Cabe destacar que los precios de la energía también experimentaron una subida más pronunciada, alcanzando el 1,3%, mientras que los precios de los alimentos se mantuvieron prácticamente invariables en el 2,3%.
Los datos de hoy sugieren que la consecución del objetivo de inflación del 2% podría no producirse tan rápidamente. El elevado componente salarial de los servicios indica que la presión inflacionista sigue siendo relativamente alta.Por lo tanto, prevemos una tendencia lateral de la inflación general en los próximos meses. En la última conferencia de prensa, la presidenta del BCE, Christine Lagarde, reafirmó la dependencia del BCE de los datos y no de los puntos de referencia. Por lo tanto, el dato de hoy no altera nuestra valoración de la política monetaria del BCE, sobre todo teniendo en cuenta que es probable que el crecimiento económico sea más débil de lo previsto. Mientras haya perspectivas de alcanzar el objetivo de inflación a medio plazo, es probable que el BCE siga abierto a nuevos ajustes de su política monetaria. Esperamos que el próximo recorte de los tipos de interés se produzca en septiembre.