Pese al contexto, las valoraciones de los mercados globales de renta variable están por debajo de sus medias de 25 años

Vincent Juvyns

Vincent Juvyns (J.P.Morgan) | Los mercados de deuda pública y de renta variable vivieron un fuerte repunte en julio, pero ambos cayeron con fuerza en agosto y septiembre. En general, los bonos globales han caído un 7%, y la renta variable de los mercados desarrollados, un 6% durante el trimestre.

El repunte de julio se debió, en parte, a que los mercados comenzaron a asumir que la Reserva Federal (la Fed) bajaría los tipos de interés en 2023, lo que alimentó las esperanzas de un «aterrizaje suave» de la economía. Sin embargo, tanto la Fed como otros bancos centrales reiteraron en la cumbre de Jackson Hole en agosto que su prioridad seguía siendo la lucha contra la inflación, no el fomento del crecimiento. Esta declaración fue el factor principal de la significativa subida de las tires de los bonos y de la venta generalizada de acciones en la segunda mitad del trimestre.

Los bancos centrales han respaldado su discurso hawkish con subidas de los tipos de interés de referencia. En total, la Fed los ha subido ya un 1,5%; el Banco Central Europeo, un 1,25%, y el Banco de Inglaterra, más de un 1%. De igual forma, los mercados han reaccionado descontando una tendencia mucho más agresiva de subidas de tipos: ahora se espera que el año que viene suban un 4,5% en Estados Unidos, un 3,5% en Europa y un 5,75% en el Reino Unido.

En lo que respecta a las presiones inflacionarias globales, la bajada de los precios de los alimentos y del petróleo ha servido para moderarlas ligeramente durante el trimestre. El precio del petróleo WTI (West Texas Intermediary) ha bajado casi un 30% desde comienzos de julio, al tiempo que el índice de precios de los alimentos de la FAO ha caído hasta mínimos que no se alcanzaban desde antes del estallido de la guerra en Ucrania.

No obstante, la inflación subyacente sigue muy por encima de los objetivos de los bancos centrales en muchos países, motivo por el que los mercados están descontando más subidas de los tipos de interés de referencia en los próximos meses.

En cuanto al crecimiento económico, los datos publicados durante el tercer trimestre siguen apuntando a una desaceleración global del crecimiento. Según la encuesta a empresas del índice global compuesto de directores de compras (PMI) de J.P. Morgan, nos hallamos en la primera contracción económica mundial desde junio de 2020. Además, en las encuestas locales vemos que Europa, el Reino Unido y los Estados Unidos ya tienen un pie en una recesión.

Cabe señalar un dato positivo: en este contexto marcado por la alta inflación y la desaceleración del crecimiento, las valoraciones de los mercados globales de renta variable están por debajo de sus medias de 25 años. Hasta en EE. UU. el mercado está operando con una ratio precio-beneficio (PER) de 15,6, mientras que la media a largo plazo es de 16,6. No olvidemos, sin embargo, que estas valoraciones se basan en los análisis actuales del consenso en relación con el crecimiento de los beneficios empresariales, que se están rebajando paulatinamente. Por tanto, puede que las cotizaciones de la renta variable no hayan tocado aún su fondo.