Santander Research | Fitch celebró ayer su conferencia anual sobre los bancos españoles. El orden del día incluía una presentacion de Francisco José Monzón Munguía (director general adjunto de Supervisión I. Banco de España) sobre las perspectivas de los bancos españoles ante un nuevo ciclo monetario, así como un debate sobre las tendencias clave que afectan a las calificaciones y outlooks de la deuda soberana y los bancos españoles que asigna Fitch.
En cuanto a las calificaciones soberanas, Fitch subrayó que sus calificaciones sobre España tienen en cuenta que el crecimiento económico del país está actualmente por encima de la media, si bien el PIB continúa por debajo de los niveles anteriores a la crisis del Covid, y que España se está beneficiando de una demografía migratoria favorable para el mercado laboral, tanto en términos de trabajadores disponibles como de cualificación. Sin embargo, según los datos de Fitch, para el segundo trimestre del año, esta tendencia está empezando a moderarse y los demás factores no sugieren ningún cambio susceptible de provocar modificaciones estructurales en los motores del crecimiento. En su calificación, la agencia también tiene en cuenta como factor positivo que la economía española es relativamente grande, algo contrarrestado por la situación fiscal actual y su evaluación de algunos retos del escenario político, mientras que la pertenencia a la zona euro actúa como factor estabilizador. Aunque la agencia de calificación indicó que, como consecuencia de lo anterior, el outlook soberano es estable, también se mantiene atenta para evaluar si algún motor de crecimiento situaría a España en una senda sostenible de mayor crecimiento potencial. En cuanto al contexto europeo, tras una recuperación relativamente rápida de la crisis energética y de la crisis de Ucrania, la agencia de calificación indicó que prevé que el consumo privado se convierta en el principal motor del crecimiento de la zona euro. No obstante, las presiones demográficas, los problemas de competitividad, el impacto de las nuevas normas fiscales y el reto de la transición energética determinarían en gran medida la senda de crecimiento de la zona euro, en opinión de Fitch.
En cuanto al sector bancario español, tanto el Sr. Monzón como Fitch describieron un panorama bastante benigno y estable para su situacion crediticia. El escenario que ambos perfilaron se caracteriza por ratios de solvencia más elevados (aunque Fitch señaló que siguen estando por debajo de la media de la UE), ratios de morosidad y costes del riesgo estructuralmente más bajos que en el ciclo económico anterior y una amplia liquidez en los balances de los bancos españoles. En sus comentarios destacaron que estos factores, junto con las reestructuraciones de costes emprendidas en los últimos años y una ágil repreciación del activo en principio, darán a los bancos cierto margen para mantener resultados comparativamente buenos. A este respecto, Fitch destacó que mantiene une visión positiva de los márgenes, a pesar de los recortes de tipos previstos, ya que se estima que un tipo neutro en torno al 2,5% seguirá respaldando los beneficios tras un largo periodo de tipos nulos e incluso negativos. Sin embargo, subrayó que la bajada de los tipos de interés va a comprimir los márgenes de intermediación, un efecto que se pospuso a 2025 con respecto a las expectativas iniciales. Según la agencia de calificación, las presiones de tipos persisten en el lado del activo, aunque el inicio de una política monetaria más restrictiva podría tener cierto efecto también en el lado del pasivo. La resilencia de los márgenes de intermediación respalda las buenas perspectivas de rentabilidad que Fitch maneja para 2024 y 2025, en ausencia de perturbaciones en la coyuntura económica u operativa. En los comentarios efectuados en la conferencia, los ponentes destacaron que la mejora estructural de la eficiencia operativa del sector bancario español y el menor coste del riesgo, junto con la oportunidad de diversificación de los ingresos (que Fitch considera que es heterogénea entre los distintos bancos) previsiblemente ayudarán a mitigar el impacto de las presiones sobre los márgenes. En cuanto a los ratios de calidad de activo, Fitch resaltó que la tasa de préstamos dudosos (NPL) se sitúa en niveles relativamente bajos en términos estructurales tras las desinversiones llevadas a cabo por numerosas entidades del sector bancario español. En este ámbito, Fitch ve poco margen para avanzar en la mejora y la convergencia con otros países europeos que tienen costes del riesgo estructuralmente más bajos y vaticina que algunos progresos futuros podrían proceder de un efecto denominador, si se materializa un mayor volumen de préstamos. El Sr. Monzón también animó a los bancos a seguir de cerca los posibles aumentos de préstamos dudosos y a adoptar una política prudente en materia de nuevos préstamos y vigilancia posterior.
También se trataron en la conferencia los riesgos emergentes para el sistema. En particular, el director adjunto hizo hincapié en la forma en que los actuales riesgos emergentes deben integrarse en las estrategias de los bancos, e identificó tres bloques principales: perturbaciones macroeconómicas y geopolíticas, gestión del cambio climático y transformación digital. A este respecto, destacó la importancia de que los órganos de gobierno de los bancos introduzcan estrategias de riesgo bien definidas que permitan a los bancos mantener un enfoque estratégico equilibrado en la asunción de riesgos. En la conferencia también se abordó el hecho de que la eficiencia operativa y la diversificación de los ingresos son factores clave en un entorno financiero complejo, caracterizado por unos requisitos normativos exigentes y una digitalización cada vez mayor.