Juan Pablo Uphoff (Singular Bank) | Jornada de caídas generalizadas en los principales índices mundiales en un contexto que continúa marcado por las presiones inflacionistas y el creciente riesgo de recesión global.
El Banco Mundial y el FMI han alertado de la pérdida de momentum de la economía mundial ante las tensiones inflacionistas, la disrupción de la cadena de valor y el endurecimiento de las condiciones financieras de los bancos centrales. Para reducir el riesgo de recesión en 2023, el Banco Mundial ha señalado, entre otras medidas, la necesidad no sólo de reducir el gasto de consumidores y empresas, sino también a impulsar la producción, con reformas destinadas a aumentar la productividad y mejorar la asignación de capital. A su vez, señala la necesidad de incrementar la producción en sectores relacionados con materias primas, alimentos y energía podría aliviar las tensiones inflacionistas.
Esta pérdida de momentum se ha constatado hoy en este caso con los nuevos datos de Reino Unido, donde las ventas minoristas cayeron en agosto un 5,4% inteanual (-1,6% mensual). Por su parte, la empresa de logística FedEx ha anunciado un profit warning ante la débil demanda global, lo que ha arrastrado a las empresas del sector a caídas significativas
Todo ello en un contexto que continúa en gran medida determinado por las tensiones geopolíticas. Tras el avance del ejército ucraniano en la región de Jarkóv y el resurgimiento de combates entre Azerbaiján y Armenia, país donde Rusia tiene dos bases militares y 2.000 efectivos, China sigue estrechando lazos con países de Asia Central, evidenciando la pérdida de influencia de Rusia. En concreto, Xi Jinping, presidente de China, destacó en una visita previa a la cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghái, su apoyo a la soberanía e integridad territorial de Kazajistán. El país kazajo, que durante décadas ha estado bajo la esfera rusa, es fundamental en la iniciativa Belt & Road china y puede ser clave en términos de suministro de energía para la potencia asiática.
Por otro lado, diversos indicadores de la economía china, que había mostrado intensas señales de ralentización en la primera mitad del año, han indicado una ligera recuperación de la actividad económica en agosto. En particular, la producción industrial repuntó un 4,2% interanual, el mayor incremento desde marzo, impulsada por la energía en una coyuntura marcada por la sequía y la ola de calor. Al mismo tiempo aumentaron las ventas minoristas un 5,4%, destacando el efecto base respecto al mismo periodo del año 2021, y la tasa de desempleó cayó por cuarto mes consecutivo hasta el 5,3%. Asimismo, en un contexto marcado por el congreso del Partido Comunista que se celebrará en octubre, la relajación de los confinamientos en Chengdu y las más de 70 medidas y paquetes de ayuda que el Gobierno chino ha puesto en marcha en 2022 para incentivar el sector inmobiliario podrían contribuir a estabilizar la actividad en los próximos meses.
No obstante, el factor del efecto base en los positivos datos de China y el deterioro de las perspectivas macroeconómicas mundiales han lastrado la renta variable de la región Asia-Pacífico, destacando la caída del Shanghái Composite (-2,30%) y el BSE Sensex indio (-1,82%).
En Europa, el Eurostoxx 50 ha perdido un 1,17%, destacando además de los retrocesos del DAX (-1,66%) y del CAC 40 francés (-1,31%). En el caso del IBEX 35 ha cerrado un 1,25% por debajo de la jornada de ayer.
En concreto, el índice español ha cerrado por debajo de 8.000 puntos. Entre sus componentes, las mayores revalorizaciones se han situado en Indra (+2,32%), Colonial (+1,60%) y Fluidra (+1,34%). En contraste, las mayores caídas se han registrado en Cellnex TE (-5,00%), B. Sabadell (-3,77%) y Caixabank (-3,14%).
Finalmente, en EEUU, al cierre de la sesión europea, el S&P 500 registra un retroceso de 1,43% y el índice tecnológico Nasdaq de un 1,48%.